El director del Hospital Sommer salió a responder una acusación por maniobras irregulares en una licitación
Un artículo periodístico apuntó contra Gustavo Marrone, director del nosocomio local por una supuesta maniobra para favorecer a una empresa en una licitación. Tras la consulta de La Posta, el funcionario se expresó al respecto.
Días atrás, el portal de noticias web Realpolitik publicó un artículo en el que mencionaba que Marrone había dejado sin efecto la licitación para la contratación del servicio de alimentación en el establecimiento (las comidas que se preparan para los internados).
Según la noticia, el director había aducido problemas inflacionarios y había perjudicado a una empresa cuya oferta era la más baja del proceso ($1204 por las cuatro comidas por paciente) y beneficiado a otra empresa llamada Valber, cuya cotización era de $1500.
Se apuntaba contra Marrone por haber generado un perjuicio al Estado de más de $150 millones al haber "malgastado" recursos que podían haberse utilizado en otras cuestiones para el hospital. Además, el texto relataba que la empresa beneficiada había sido denunciada por evasión de impuestos anteriormente y que el detalle de esta licitación le había llegado al mencionado medio por empleados del mismo establecimiento médico.
La respuesta del director del Hospital Sommer
Al ser consultado por La Posta, Marrone explicó que "la licitación mencionada (la N° 97-0003-LPU22) la iniciamos en abril. Es un proceso que suele durar tres meses. Y cuando tomamos la decisión de dejarla sin efecto, todos estuvieron de acuerdo. El artículo 20 del Decreto 1023 faculta a la autoridad máxima del hospital a dejar fracasada la licitación en cualquier etapa antes de que se emita la orden de compra y no pide que se argumente".
Sin embargo, el director aseguró que en el expediente explicó por qué hizo caer el proceso. "Nos equivocamos en los precios de referencia que le pusimos a la licitación en abril porque no previmos el aumento de precios de los alimentos, ni las paritarias, que encarecen el producto. El proveedor que va a la licitación, si gana, quedaba atado por un año a ofrecer el servicio por el valor establecido. Una vez que se emite la orden de compra, el precio no se puede tocar".
Al inicio de la licitación, de acuerdo a lo que dijo Marrone, "la ración la veníamos pagando poco más de $1000. La oferta de la primer empresa fue de $1200, luego venía Valber con poco más de $1250 y una tercera que estaba muy por encima. Cuando la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) nos dio el precio testigo y era de $1520 sin contemplar ni paritarias ni flete, con lo que calculamos que la ración dentro d eun año iba a costar $2500".
Así, dijo que "llamamos a nueva licitacion por seis meses y no por un año. La empresa que venía ganando por precio, incumplía con parte del pliego y bases y condiciones. Pedimos que tengan una planta procesadora de alimentos y el servicio nuestro inspecciona que esté en condiciones. Fue dos veces el personal nuestro en distintos horarios y la planta estaba cerrada. Tenía una faja en el medidor de luz. No pusieron todas las marcas que iban a utilizar para dar el servicio, algo que era otro requisito. Y además, lo que es motivo de descalificación, es que tenían deuda con AFIP".
Finalmente, aclaró que la nueva licitación, que prevé una contratación por un período más corto para combatir la inflación, aún está en proceso. Dijo que no siempre el precio más bajo termina siendo contratado, dado que se evalúan otros aspectos para adquirir el servicio de mayor calidad. "Con los valores establecidos en la primera licitación, con el correr del tiempo el servicio iba a terminar siendo pésimo porque la empresa no iba a poder sostenerlo", remarcó. Y aclaró que "la empresa que supuestamente dicen que perjudiqué, todavía puede participar. Es más, al bajarse ese proceso, la perjudicada fue Valber, que podría haber ganado porque la otra tenía deudas en AFIP y eso la descalificaba", cerró.