Conformado por varias agrupaciones, este espacio busca la defensa de familias locales que viven de la producción agrícola de menor dimensión, brindándoles asesoramiento legal, principalmente para evitar que pierdan las tierras donde trabajan y que si no tienen la posesión, la compren a los dueños originales y no a terceros que se aprovechen de la vulnerabilidad que poseen.
En la jornada del martes 27 de diciembre, la Mesa de la Tierra celebró su año de trabajo en el salón del club Alem. Si bien existe hace más de un año y medio, este 2022 presentó grandes desafíos para esta organización que tiene como objetivo defender a los productores de General Rodríguez ante los "avances inmobiliarios especulativos", a veces vinculados con empresas privadas o por parte de gente vinculada a los gobiernos.
Según expresaron en los discursos, el acompañamiento fue fundamental para aquellas personas que se sintieron apoyadas en lo legal, pero también en el día a día ante los conflictos que tuvieron. Así, se evitaron varios desalojos judiciales "por procesos mal iniciados que hubiesen quitado las tierras a los productores".
El encuentro permitió repasar anécdotas y hacer un brindis final. Varios de los productores trabajan en tierras que no son propias y celebraron que comenzaron charlas para comprarlas a los herederos de los dueños originales. Estuvieron presentes representantes de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), el Movimiento de Trabajadores Excluidos Rural (MTE Rural) y del Espacio Hábitat Sur.
Federico Aliaga, abogado que inició este equipo de trabajo junto a otros compañeros, señaló que "hemos construido este espacio muy grande e importante. Llevamos adelante un año y medio, haremos un relevamiento de los productores que tenemos en el distrito y nos centramos en ser un espacio de apoyo jurídico y de acompañamiento y de defensa de la tierra, por eso el nombre. Hemos estado un año y medio defendiendo nuestras tierras".
Y agregó que "algunos ejemplos dan cuenta que ha sido un año de muchísimo trabajo, si no teníamos un espacio como la Mesa de la Tierra muchos productores hubiesen perdido ese territorio en la que viven hace años, cultivan sus alimentos, están con sus familias y es el sustento económico porque los pequeños productores viven de lo que producen diariamente. Muchos se vieron amenazadas por intentos de usurpación, por negocios inmobiliarios que intentaron sacarles las tierras, por procesos judiciales que ponen sentencias de desalojo que pudimos evitar. Cada vez que hubo una problemática salimos todos juntos a defender".
Por su parte, Brenda Villafuerte de UTT expresó que "soy vecina del barrio San Carlos. Me enteré que iba a haber un relevamiento para los productores, en eso me agregaron a un grupo y en ese transcurso me pasa que donde vivo veo mi lugar publicado en una inmobiliaria de Moreno. En eso acudo a los compañeros para que me den una mano y ellos me ayudan para que bajen la publicación. Ese es mi testimonio de la ayuda que me dieron los compañeros de la Mesa de la Tierra. Siempre que hay problemas, intentos de usurpación, estamos atentos al grupo y ellos están ahí poniéndose en el lugar".
También tomó la palabra Inocencio Cruz, integrante de UTT, quien indicó que "los resultados de la Mesa de la Tierra, el acompañamiento, es emocionante, incomparable. En el caso nuestro trabajamos en la tierra en el barrio San Carlos, unas seis familias. Al poco tiempo que entramos nos enteramos que teníamos orden de desalojo. Imaginen los que trabajamos ahí es lo que tenemos, si no está no sabemos a qué nos vamos a dedicar. Lo que sabemos es producir, si la Mesa de la Tierra no existiera hoy no sé qué estaríamos haciendo. El agradecimiento es infinito, a los abogados que acompañan. No solo en la Fiscalía, también vienen al territorio, nos asesoran. Estamos muy agradecidos. Hoy por hoy estamos a un paso de cerrar en esas tierras para que sean nuestras. No vamos a comprarlas a un tercero, sino a los sucesores de los verdaderos dueños".
Luego fue el turno de Francisco Padilla de MTE Rural, quien sostuvo que "es una larga historia que venimos remando este año, creo que fue el más duro de todos que peleamos por las tierras. Tenemos nuestra profesión de producirla, nuestros productos están al alcance del pueblo. Gracias a todos los que componen este espacio porque si nosotros no estuviéramos organizados calculo que hay tierras que estarían perdidas, tomadas. Cuando nos sacan las tierras, más allá del productor, detrás hay familias e hijos que hay que mantener. Sabemos que serán profesionales y algunos seguirán en nuestro rubro. Agradezco que estamos unidos, distintas organizaciones, pero los mismos productores que siempre nos unimos. La Mesa de la Tierra es la pata fundamental de los productores que estamos acá".
Por último, Marisel Peisojovich de Espacio Hábitat Sur dijo que "este es un espacio que se construyó para atender las demandas de pequeños productores de Rodríguez que atraviesan conflictos que tienen que ver con la tierra y otras cuestiones. En todo este tiempo nos dimos cuenta, es que la salida es colectiva, solo no se salva nadie. Sin unidad y organización no hay defensa posible de la tierra, no hay soberanía posible. Eso implica la soberanía alimentaria, esos alimentos que consumimos que se produzcan en condiciones dignas, cerca y por gente que tiene un respeto a la tierra, que no lo tengan seguro las grandes corporaciones que nos enferman"
Peisojovich finalizó: "Entendemos que las estrategias las elaboramos en conjunto con los productores. Desde el acompañamiento más pequeño, como es una carta documento o el asesoramiento para una denuncia, hasta presentaciones judiciales donde las órdenes de desalojo ya estaban pedidas y pudimos frenarlas. Pudimos terminar este año con muchas experiencias positivas".
