Se trata de la Panadería Pagliaci, ubicada en la calle Mitre N.º 375, a la cual le realizaban pedidos y pagaban de manera virtual, aunque dichos envíos de dinero eran falsos.
Con las nuevas tecnologías y más aún tras la pandemia de coronavirus, comenzaron a aparecer nuevos tipos de delitos y estafas relacionados con pagos virtuales y el robo de dinero a través de aplicaciones o cuentas bancarias.
Una situación de engaño de este tipo fue la que vivió una pareja, propietaria de la panadería y pastelería Pagliaci durante tres meses, hasta que la dueña pudo darse cuenta de lo que sucedía.
La Posta Noticias pudo hablar con Antonella, quien señaló que "comenzamos a recibir pedidos a nuestro celular, que es el mismo que llegan los comprobantes, aunque no es el personal nuestro. Cuando llega un pago de Mercado Pago es a mi teléfono personal, pero los pedidos son en el que tiene la chica que atiende.
No estamos todo el tiempo al tanto de todo porque, si bien somos dueños, también elaboramos; trabajamos siempre.
No se puede estar siempre pendiente y los tiempos para fijarnos y corroborar los pagos no están, así que confiamos en que la gente mande un comprobante honesto. Decía mi nombre y apellido, la chica que atendía lo vio y lo mandó. Un día estoy atendiendo y tomo el pedido. Me dicen que no había mandado aún el comprobante, pero que era de Av. Perón (donde tienen otra sucursal de panadería y confitería), que siempre pide, pero no había entrado el pago. Lo mandamos igual porque muchas veces tardan las transferencias, era un monto cercano a 5 mil pesos".
En este sentido, agregó que "esa noche espero el pago, no llegaba y le mandé mensaje. Me dijo que era raro y que se lo había descontado. A la madrugada no me podía dormir y miro el comprobante y estaba mal escrito mi nombre por un detalle, quizás salía así, pero me parecía raro y me quedé con la duda. Le pedí a una conocida que tenía el mismo banco, el Santander, que me haga una transferencia y salía bien, no aparecía mi segundo nombre como el otro caso".
La primera situación detectada fue el 1 de noviembre y en esta última, que pudo intervenir la propietaria, se dio el 26 de enero. "Vuelvo al local y pido mirar la conversación a la chica y efectivamente había tres comprobantes más con el mismo error y algunas puso que se borraran en 24 horas los mensajes y se perdieron. Compruebo las fechas en que hizo los pagos supuestamente y no estaba ninguno. Ahí llamo a la persona, le dije que nunca me había pagado y se hizo el desentendido. Mi marido fue hasta el lugar y le dijo que era un estafador, dijo que no era el que hacía los pagos y culpó a una señora. Le dije que lo iba a denunciar y me pidió que no lo haga, que me iba a pagar el 5 de febrero cuando cobraba. Obviamente, pasó ese día y no llegó y dijo que le iban a depositar el 10. Yo en un punto quería confiar porque era una persona grande y también lo estaban estafando. Llegó el 10 y la plata no llegó, hubo miles de excusas", expresó Antonella.
Por último, tampoco tuvo buena suerte a la hora de denunciar lo ocurrido y por eso decidió hacerlo visible. "Fuimos a la comisaría y nos hicieron sentir como si los estábamos molestando. Nunca se presentó el oficial, le contamos la situación, escribía, tomaba mate y charlaba con el de al lado sobre qué había hecho el fin de semana. Ante un error que dijimos con mi marido nos trató mal y me levanté y nos fuimos sin hacer la denuncia. Publico esto en redes sociales, y me llamó la dueña del garage que le había pasado lo mismo, también nos comentaron que a Carta Virtual le pasó lo mismo, también a la Heladería Cambi; somos varios los estafados. Estoy averiguando para denunciar en Fiscalía", finalizó.
Así es la fachada del lugar que llamaba para hacer los pedidos sin pagar, ubicado sobre la calle Eva Perón.