Dos accidentes en distintos barrios reavivaron el pedido vecinal de reductores de velocidad
Uno ocurrió el lunes 27 de marzo por la tarde en el límite entre los barrios Parque Irigoyen y San Salvador, y el otro el miércoles 29 de marzo en una esquina que divide Santa Brígida de Agua de Oro.
El primero tuvo lugar en la calle Concejal Hernández al 500, donde un nene de 8 años sufrió contusiones tras ser atropellado y una ambulancia del SAME debió trasladarlo al Hospital Vicente López. Se desconocen qué vehículo lo embistió y las circunstancias en que ocurrió el accidente, pero los vecinos manifestaron en las redes sociales la necesidad de un reductor de velocidad en esa arteria, que es una de las más importantes del distrito.
Este miércoles 29 de marzo, poco antes de las 10, cuando un motociclista debió ser atendido por personal de una ambulancia tras un choque con un auto en el cruce de las calles Chaco y Río Negro, donde hace una semana se produjo otro accidente.
Según pudo averiguar La Posta, un motociclista de nombre Rodrigo, de 37 años, colisionó con un automóvil marca Toyota en esa esquina y sufrió golpes a raíz del impacto.
Se acercó una ambulancia del SAME para atenderlo en el lugar, aunque no presentaba heridas de gravedad y se negó a ser trasladado al hospital. El conductor del auto, por su parte, quedó ileso.
"De nada sirvió el cartel de 'Pare' que se colocó la semana pasada", dijo una vecina a este medio. En esa misma esquina, el martes 21 de marzo, una camioneta y un auto chocaron en un episodio vial que no dejó heridos, pero que sí generó tensión por la discusión entre ambos conductores.
Tanto en esa oportunidad como ahora, los vecinos aseguraron que necesitan reductores de velocidad en ese cruce, dado que la calle Río Negro es muy utilizada porque conecta Ruta 7 con el Acceso Oeste y también es una arteria de ingreso al barrio privado La Cesarina, que se encuentra a pocas cuadras. "Los autos y motos vienen a gran velocidad por ahí", remarcaron.