Este miércoles 14 de junio se cumplió un nuevo aniversario del día que el ex secretario de Obras Públicas dejó los famosos bolsos de la corrupción en el convento rodriguense. Hace dos semanas se expidió la Corte Suprema.
Pasaron exactamente siete años de la madrugada del 14 de junio que, como hoy pero en 2016, tuvieron al ex secretario de Obras Públicas, José López, siendo atrapado infraganti en nuestro distrito mientras dejaba los millonarios bolsos que ya son símbolo de la corrupción, a las puertas del convento de las Mojas Orantes y Penitentes Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en el barrio San Bernardo. El ex funcionario no contaba con quedar grabado por cámaras de seguridad, ni tampoco por estar siendo observado por un vecino que dio aviso a las autoridades. En los bolsos había casi 9 millones de dólares, y al costado un fusil.
Ahora, más precisamente hace dos semanas, la causa judicial tuvo novedades, con la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de dejar firme la condena contra López por enriquecimiento ilícito y portación ilegal de un arma. De esta forma, el Máximo Tribunal volvió a rechazar un recurso (ya el octavo) presentado por la defensa del acusado.
La medida lleva los votos de los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, y confirma la condena de los seis años de cárcel (unificada en siete y medio con otros procesos) y el decomiso definitivo de los 8.982.047 dólares, 153.610 euros, y 159.114 pesos. López fue condenado el 12 de junio de 2019 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1. Estuvo preso cinco años y medio hasta que fue excarcelado en noviembre de 2021, estando ahora en libertad condicional al haber cumplido las dos terceras partes de su condena. Su pena vencerá el 14 de diciembre de este año.
Cabe recordar que el hecho salió a la luz gracias a un vecino rodriguense que vio la escena y no dudó en llamar a la policía. Mientras José López intentaba arrojar los tres bolsos millonarios por encima del portón del convento, Jesús Ojeda se inquietó al escuchar el motor de un auto en plena madrugada. Sin poder conciliar el sueño, pudo ver en ese mismo momento desde su ventana lo que las cámaras de seguridad dejarían registrado. Sin sospechar lo que verdaderamente ocurría, Jesús se preocupó al ver que un hombre entraba al convento a esas horas y no salía, y entonces temió por la integridad de las monjas. Eso lo hizo llamar al 911.
Luego, el vecino salió a buscar a su esposa al trabajo, que cumplía horario nocturno. Cuando la pareja regresó a casa vio los móviles policiales y a López esposado. Solo después de asegurarse de que las monjas estaban bien, el hombre cumplió con el pedido policial de ser testigo del contenido de los bolsos que acababan de incautar, con fajos y fajos de billetes. El vecino no tenía idea que se trataba de José López. Solo se había preocupado por las monjas, quienes paradójicamente, según contó él en una entrevista años más tarde, luego del hecho empezaron a mirarlo con mala cara.