En las últimas horas, se supo con precisión el recorrido de los teléfonos de los dos ex socios del empresario, quienes lo vieron por última vez. Este dato resulta de mucha utilidad para tratar de rearmar lo que hasta el momento es un rompecabezas.
La investigación por el crimen de Fernando Pérez Algaba arrojó nuevos indicios que permitan esclarecer la situación y entender cómo fue que se produjo su muerte. Personal a cabo de las pericias hallaron que los celulares de Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, ex socios del fallecido y quienes lo habrían visto por última vez con vida el 18 de julio, se activaron más tarde en una zona donde al día siguiente se prendió también el de Pérez Algaba.
Las declaraciones que dieron ambos involucrados ante la Justicia se basaba en que, tras el encuentro en el predio de Renacer, ubicado en General Rodríguez, tanto Pilepich como Vargas no volvieron a encontrarse con Pérez Algaba. Ningún testimonio dio a entender que se habían quedado con su celular tampoco.
Sin embargo, el análisis de la señal de los celulares informó que la de los ex socios se perdió en una zona donde hay una antena instalada al costado del Acceso Oeste, a la altura de la localidad de Villa Tesei en Hurlingham. Lo que llamó la atención de los investigadores es que el teléfono de Pérez Algaba impactó a la misma hora y en la misma zona que la de Pilepich y Vargas, a pesar de que dijeron que no lo habían visto más.
Fuentes oficiales habían declarado a La Nación que "la última actividad real del teléfono celular de Pérez Algaba se realiza a las 2.58 del 19 de julio pasado; en ese momento se activa una celda situada en la zona de Hurlingham. Luego de eso, hay un ´silencio´ que se interrumpe cuando recibe una llamada, a las 10.12, que no se concreta”. Además, Pilepich sí confesó haber mandado un mensaje a Pérez Algaba el 19 de julio alrededor de las 4 de la madrugada. Ahora, el Ministerio Público de Lomas de Zamora investiga si en ese instante los celulares de Pilepich, Vargas y Pérez Algaba estaban juntos.
Sin embargo, la última información más actualizada es que ese 19 de julio, el celular de Fernando Pérez Algaba se encendió durante algunos segundos y lo captó una antena de telefonía en el barrio porteño de Almagro. Investigadores revelaron a Télam que "creemos que quienes lo asesinaron prendieron el aparato y rápidamente lo apagaron". Y dijeron que el empresario descuartizado poseía tres líneas telefónicas, una de Argentina, otra de Estados Unidos y la restante de España.
Esta misma semana se supo que un testigo relató que habló por teléfono con Pérez Algaba horas antes de ese encuentro y que notó con miedo al empresario asesinado. "Maxi (por Maximiliano Pilepich) me cagó y estoy yendo para el campo”, fueron las palabras que le expresó mientras iba en camino hacia el complejo Renacer, ubicado en la Av. de las Américas.
A su vez, explicó que Pérez Algaba se encontraba descompuesto y que un amigo suyo lo llevaba hasta ese campo. "A mí me dio miedo que pase una situación rara porque Fernando estaba yendo para el campo con un amigo y además dijo que Maxi ‘lo cagó y que le tenía que dar plata’, pero desconozco si le entregó o no el dinero”, agregó el testigo.