Durante toda la semana hubo problemas para cargar combustible en la ciudad, especialmente en las YPF, según trasciende, por distintas razones. Lo que más se señaló, es que hay problemas por los precios "arriba" y esto está generando que la provisión se racionalice de manera diferencial entre las estaciones, lo cual ha generado una migración en el consumo y algún miedo de que se generalice durante octubre si hay presión en aumento por índices inflacionarios.
Que en los períodos inflacionarios suele haber desabastecimiento, no es nada nuevo, se suele especular con los precios que fluctúan demasiado entre los aumentos del dólar y la dinámica inflacionaria que trae una inercia propia de los desajustes macroeconómicos de los últimos años, sumado a la enorme incertidumbre sobre las elecciones venideras. Pero que sin haber terminado septiembre empiece a pasar en estaciones de servicio como las YPF, llama la atención y genera preocupación en los consumidores.
Mientras la mayoría simplemente tuvo que irse a otras estaciones a hacer largas colas "de apuro", algunos terminaron pagando la nafta más cara, ya que, por ejemplo, entre las Axion y las YPF, hay una distancia de más de 20 pesos por litro de Súper. Los mismos playeros hacen distintas explicaciones según a qué sitio se va a cargar, algunos hablan de un tema "arriba" donde se discrimina a las distintas sucursales dependiendo del "canon" que pagan con base en la cantidad que compran y que llegaría un punto en el cual "no les conviene vender más" a las más chicas. Por ahora, las estaciones privadas vienen accediendo a combustible, la Axion tuvo un inconveniente por unas horas, pero que sería por algún problema distinto y ya estaría solucionado, anoche un camión realizaba la carga para devolver el caudal necesario.
Consumidores: El temor a una espiralización, a la vuelta de la esquina
En otros puntos del país hubo problemas en este sentido y ahora más de uno cree que esto solo se solucionará cuando se actualicen los precios "vaya a saber a qué valor", ya que no se sabe (pero se presume) que tras el 22 de octubre, el "latigazo" se hará sentir duro y de ahí a diciembre, el panorama viene peor que oscuro y más de un sector está descontando expectativas y quiere hacer los ajustes que varias empresas, como muchas alimenticias, ya vienen haciendo.
Depende de cómo trabaje podrá acomodarse a un valor manejable o si se espiraliza, solo la podrá detener un brusco freno del consumo, lo cual sería la primera indicación de la temerosa "estanflación" que temen muchos, una mezcla de "híper", con recesión, algo así como aquella película "la suma de todos los miedos". También es cierto que los especuladores, se suelen hacer un festín en estas épocas usando el miedo como ariete de negociación o de extorsión y de nuevo, el que paga es el que menos tiene o el escalón productivo.
Mientras tanto, estos faltantes ocasionales que vienen dejando sin combustible a algunas estaciones durante casi medio día (en especial se notó en la YPF de Padro Whelan), tienen en alerta a muchos y no se sorprenda si se empiezan a ver las acumulaciones en algunos horarios específicos "esperando el camión de reposición" para cargar "de más", especulando con toda esta cuestión en un "por las dudas" que ya es una parte tan triste como evidente en la condenada vida argentina a merced de este mal denominado "inflación", que nadie quiso ni pudo frenar cuando había tiempo y ahora hace acordar a los más canosos a tiempos de desesperación de un pasado que muchos quisieron olvidar, quizás, demasiado, como para que se repita.
Pese a todo esto, parece increíble que en solo 12 meses, el país podría estar pasando una situación bien distinta, si entre el campo y la venta de energía al exterior traen divisas a las raquíticas defensas de nuestra economía, por supuesto, teniendo un balance fiscal distinto. Lo que queda por verse, es quiénes van a "pagar el pato" y a dónde irá a parar todo aquel que no tenga reservas para el interín. Ajústese el cinturón y que si hay más crisis, lo agarre "con nafta".