Enorme dolor por la muerte de reconocida docente y presidente de foros de seguridad
Esta mañana trascendió el sorpresivo fallecimiento de Lucía Cachazo, vecina socialmente muy reconocida por su trabajo educativo, cultural y en espacios políticos, además de su trabajo en los foros de seguridad, dentro de los cuales estuvo hasta presidiendo en algunas etapas. La despedirán en la cochería Bileiro en la mañana del domingo.
La mayoría de la gente no lo sabía, pero ella venía cursando una enfermedad desde hace tiempo, una leucemia que se agravó mucho y que la llevó a una internación en La Plata durante los últimos meses. Enérgica y comprometida, trató de mantenerse activa hasta la misma noche previa, pero la desmejoría de las últimas horas había sido muy fuerte y los médicos no pudieron resolverla, por lo cual dejó esta vida pasadas las 2 de la madrugada, a los 61 años.
Sus restos serán velados el domingo, desde las 10 a las 15 hs en la casa velatoria de Manny y Benjamín Páez. De allí partirá a cremación y la familia comunicó que se llevarán sus cenizas al sur, a Río Negro, pero no a su ciudad de nacimiento, sino a Chimpay, una pequeña localidad de alrededor de 5 mil habitantes en el Dpto de Avellaneda, donde se beatificó en 2007 a Ceferino Namuncurá, símbolo católico de la transculturización del pueblo originario, del cual ella era muy devota.
Foto: Cristian Barberio.
Una vida muy social y repleta de acciones comunales para General Rodríguez
Pese al dolor y la sorpresa que conmocionó a la sociedad cuando su pareja, el reconocido veterano de Malvinas Carlos Montiel, comunicó a algunas personas lo sucedido, ella seguirá presente en sus obras: fue pionera en el jardín 915, del barrio Parque Irigoyen y sostén de la biblioteca popular Puerto Argentino, ubicada en la calle Saavedra y Mariano Moreno, que se gestó en 2016 y desde la cual se juntaron más de 1200 ejemplares de libros sobre Malvinas, más la producción junto a Montiel de un programa radial que llevaba al país relatos de los distintos libros y llamados con veteranos de todo el territorio.
Allí, la pareja no se limitaba a brindar espacio a la cultura, en una sociedad donde las bibliotecas fueron desapareciendo, sino que también les daba la merienda a chicos que participaban en clases de ajedrez y otras actividades, como clases de apoyo.
Con esta convicción, publicaba el inicio de la tarea Lucía:
Su vida:
Lucía del Carmen Cachazo nació el 21 de julio de 1962, en Villa Regina, Río Negro. Ella había ido a la Escuela 15 de Las Malvinas de chica y luego volvió a vivir definitivamente en 1980, con su familia, ante la situación difícil en el sur. Aquí vinieron también sus cuatro hermanos, Graciela, la mayor, luego venía Lucía, Adrián, luego Silvina y Martín.
Se dedicó a la docencia y ayudó a forjar, el N°915, que forjó junto a vecinos en Parque Irigoyen, donde llegó a Directora, un jardín que no por casualidad se llama "A.R.A. Gral. Belgrano". También trabajó en un jardín en el barrio Los Troncos.
Ella se casó aquí en la ciudad, tuvo dos hijos y finalmente formó pareja con el veterano de Malvinas Carlos Montiel, con quien protagonizó noticias muchas ocasiones por sus trabajos en la difusión de esta causa y con distinta participación política y social.
Madre de dos hijos, Nelson y Marlene Giménez y abuela de Félix y Mirko, cultivó su amor por su familia y afrontó tanto los desafíos sociales, como los familiares con el mismo estoicismo.
Militancia y compromiso en la educación, la cultura y la seguridad
Militó en distintas épocas en la UCR y la primera época del PRO, fue una activista fundamental de temas culturales y de la lucha contra la inseguridad, formando y presidiendo épocas del foro de seguridad de la Comisaría 1°. Llevó iniciativas muchos años para debatir con autoridades municipales y comisarios las situaciones que le llegaban y salía en distintos medios comentando al respecto, entre ellos, el nuestro, desde las épocas en que La Posta era un programa radial en Radio Positiva.
Desde este espacio la recordaremos siempre por su cariño, patriotismo y su compromiso social y amor por la educación. Esperamos que aunque sus restos queden en el Sur, se pueda mantener abierta siempre su biblioteca, donde dejó miles de horas sosteniendo ese humilde espacio de memoria, cultura y compromiso social, para que su alma inspire a la siguiente generación a continuar semejante tarea.
Más fotos de sus acciones: