Solidaridad 4 MAR 2024

Un grave accidente hogareño le cambió la vida y ahora organizan un festival solidario para ayudarla

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A Juliana Garcete su vida le cambió el 27 de enero pasado, cuando una desafortunada circunstancia la hizo caerse de una escalera que le generó un daño irreversible en su médula espinal. Sumado a las complicaciones de salud de uno de sus hijos, se está organizando un festival solidario para el 6 de abril en Parque La Argentina.  

"Como familia, no estamos pasando un buen momento", le dijo Alejandro Ramírez a La Posta Noticias. Y no es para menos, ya que esta familia del barrio Almirante Brown desde hace un mes viene pasando un muy delicado momento, a partir del desafortunado hecho que derivó en una lesión irreversible en su esposa Juliana Garcete. Todo esto, sumado a que el nene más pequeño de la familia padece de autismo y desde hace un tiempo está en tratamiento en el Hospital Sommer. 

Pero vayamos por partes. El 27 de enero pasado, Juliana y su familia fueron a visitar a su cuñado, para conocer su nueva casa y ayudarlo a hacer algunas refacciones. Ella subió a la parte superior de la vivienda, a través de una escalera, para conocer el lugar donde seguiría edificando, pero al intentar bajar, se rompió uno de los escalones y se cayó. Estaba a 3 metros del piso. 

Fue trasladada al Hospital Vicente López en una primera instancia y luego, a partir de su obra social porque es monotributista, derivada al Sanatorio Colegiales de Alta Complejidad donde le informaron que lamentablemente su condición es irreversible por una quebradura en una de sus vértebras.

Así lo describió su marido: "el cirujano nos dijo que la situación de Juliana es irreversible porque un hueso entró en la médula espinal y de la panza hacia abajo no siente nada, y no va a volver a caminar".  

La vecina de 36 años fue sometida a dos operaciones. La primera de ellas no salió como se esperaba, y a los pocos días fue operada nuevamente, sin embargo, la pérdida de sensibilidad en la parte inferior de su cuerpo no se fue.

"Una vez que le den el alta, tendrá que ir a un centro de rehabilitación. El cirujano es quien decide lo que ella necesita. Hoy por ejemplo, necesita un corset, pero todo lo que se tarde en conseguir dependerá de la obra social", agregó Alejandro.  

Juliana y Alejandro tienen 3 hijos: Zaira de 13 años, Brian de 12 años, y Fabricio de 5 años. 

Precisamente el más pequeño tiene autismo y, tal cual lo citado al principio de esta nota, se está tratando en el Hospital Sommer con terapias ocupacionales, psicopedagogía y fonoaudiología. El problema se dimensiona aún más porque Juliana es el sostén de su hijo, llevándolo a sus tratamientos y al Jardín, más la dedicación cotidiana a su familia.

"Ya con el problema de Fabricio, que es nuestro tesoro, se complicaba todo porque con la rutina venía agotado. Pero ahora no es fácil llevar esta situación de Juliana junto con la de él, porque tengo que ir a visitar a mi señora a la clínica y lo tengo que llevar al nene a sus terapias, por lo que se me complica muchísimo trabajar", expresó el vecino del barrio Almirante Brown. 

Alejandro Ramírez posee en su propia casa un taller de aparado (reparación de zapatos) junto a su esposa y a su hermano, por lo que, con la rutina actual donde debe encargarse de las tareas del hogar y de sus hijos, se le hace muy difícil trabajar al ritmo que le gustaría y que necesitaría. 

Festival solidario 

Es por ese motivo que, desde la comunidad del Jardín N.º 906 de Parque La Argentina a la que asiste su hijo menor, decidieron poner manos a la obra para colaborar con la familia. Primero una rifa para sortear un huevo de Pascua, pero principalmente el festival solidario que organizarán el sábado 6 de abril desde las 20.30 en la Sociedad de Fomento del citado barrio, ubicada en la calle Belisario Roldán N.º 560.

 

Las entradas tienen un costo de 500 pesos, mientras que los niños pueden ingresar gratis. Habrá buffet económico, y también shows en vivo de los grupos musicales Costumbres Nativas y Ritmos Latinos. 

El hombre se mostró muy agradecido por la iniciativa y por la ayuda que recibe de sus vecinos diariamente "porque están preocupados por nosotros. Somos una familia muy tranquila y nos aprecia mucha gente. Aparte somos de ayudar cuando podemos. Nuestra vida como familia es todo amor, por eso duele mucho que nos pase esto. Es muy complicado de asumirlo", finalizó.  

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FERRETERÍA ROVI