Escanearse los ojos y vender datos biométricos: qué se sabe de Worldcoin y cómo operó en General Rodríguez
La Agencia Española de Protección de Datos bloqueó al proyecto de criptomonedas que escanea los datos biométricos de las personas. Es el primer país en hacerlo, si bien las polémicas se han suscitado desde sus inicios en todas las regiones del mundo y la provincia de Buenos Aires no fue la excepción.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ordenó que Worldcoin, la compañía creada por el director general de OpenAI, Sam Altman, que escanea los globos oculares para hacer identificaciones digitales a cambio de criptomonedas, cese sus operaciones durante tres meses.
Worldcoin afirma que su objetivo principal es darle a la gente una forma de identificación que no pueda ser robada o duplicada. Señala que la forma en la que puede hacerlo es mediante la creación de una “identificación mundial” escaneando los globos oculares de las personas a través de “orbes”, un dispositivo que captura una imagen de sus iris, las partes coloreadas de los ojos.
El también director ejecutivo de la agencia de inteligencia artificial, OpenAI, había lanzado el proyecto Worldcoin en 2019, con una sede en San Francisco y otra en Berlín. Asimismo, posee sede administrativa en las Islas Caimán, uno de los considerados "paraísos fiscales".
La firma empezó en varios lugares del mundo hace unos meses a escanear el iris de personas voluntarias a cambio de una compensación económica en criptomonedas y ha argumentado que toda la información que recopila es anónima y los usuarios mantienen en todo momento el control de sus datos.
En rueda de prensa, la AEPD anunció que le dio a la empresa un plazo de 72 horas para paralizar la actividad ilegal en el país europeo. En ese marco es que debe dejar de funcionar inmediatamente en España. Además de cesar con la recopilación de datos biométricos, los 400.000 usuarios ya registrados en el sistema tampoco podrán realizar movimientos con las criptomonedas.
Otros países "en alerta"
Desde que se lanzó Worldcoin, las autoridades reguladoras de la información y los datos personales de Francia, Alemania, Reino Unido, Kenia, Nigeria, Argentina, y Corea del Sur, averiguan a detalle qué hace el proyecto con los datos biométricos de los usuarios.
De hecho, Kenia era hasta el momento el único país en suspender permanentemente las actividades de la empresa, algo a lo que se podría unir España si se confirma la medida cautelar y se anulan definitivamente todas sus operaciones en el país europeo.
La situación en Argentina
El polémico proyecto de identificación digital a través de datos biométricos fue un éxito desde que aterrizó en nuestro país. Solo por citar un ejemplo, el 31 de agosto del año pasado, pocos días después de haber arribado, 9.500 argentinos registraron su Global ID en la app que paga en criptomonedas la verificación de identidad.
En un contexto inflacionario de más de tres dígitos anuales, y una acelerada devaluación del peso, la razón de un número tan elevado de descargas e inscripciones podría ser el incentivo que ofrece Worldcoin para registrarse y entregar los datos biométricos a través del escaneo de los ojos: un pago en su propio criptoactivo por valor de entre 50 y 60 dólares.
Llegada a zona Oeste
En los últimos días de 2023, una innumerable cantidad de personas hacía largas filas para participar del escaneo de iris en reconocidos locales de la zona Oeste del Gran Buenos Aires como Pinar de Rocha (Ramos Mejía, partido de Morón), así como también en plazas y otros boliches de Morón, San Miguel o José C. Paz. Solo por citar esta parte del Conurbano bonaerense, ya que en otras localidades como Quilmes, La Matanza y Avellaneda también Worldcoin se hizo presente. Todos los voluntarios por un mismo motivo: la necesidad económica.
Al día de hoy, son muchos los rodriguenses que a diario publican posteos en grupos de Facebook e historias de Instagram o incluso difunden cadenas de WhatsApp para ofrecer comprar o vender esta criptomoneda Worldcoin. La necesidad ante la crisis económica que atraviesa el país evidencia el mercado que ha abierto en las esferas más humildes de la sociedad.
Qué pasó con Worldcoin en General Rodríguez
Hace algunos días, nada más, hubo una convocatoria en la puerta del Club Alem, según informaron desde el Municipio. Se presentaron inspectores a pedir autorizaciones y no había pasado nada, se les pidió que se retiren e inicien expediente para hacer autorización, pero anticiparon que no se les va a dar debido a que no hay un marco regulatorio para ello.
Cerca del mediodía se fueron. Algunas personas se presentaron y se hicieron el escaneo de ojos, pero no habría sido mucha cantidad. Fue sin anuencia del Club Alem, según explicaron las autoridades.
Aún hay dudas de qué ocurrirá con esta criptomoneda y su potencialidad como reserva de valor en un futuro, pero muchos ya han optado por comprarlas y acumularlas. Otros, urgidos por la crisis, ya se han gastado rápidamente el dinero obtenido con la venta de sus datos.
Cruces en Provincia
Hace poco más de un mes y medio, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, a través del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica había requerido a Worldcoin Foundation (así como a la empresa Tools for Humanity) que brinden explicaciones de las actividades realizadas en distintas ciudades del territorio bonaerense.
La cartera provincial había advertido que la iniciativa vulneraría, en principio, el deber de seguridad, el deber de protección de la salud e integridad de las personas, el derecho a la información y el principio de prevención de daños. Además, que estaría transgrediendo los derechos de protección de datos personales.
En contrapartida, el senador provincial marplatense Alejandro Rabinovich, también mano derecha del jefe comunal de "La Feliz" Guillermo Montenegro, se había pronunciado aduciendo que "lo que no está prohibido está permitido. Simplemente, es una activación más. El Estado no puede intervenir si las personas consideran que está bien dar sus datos”.
Y, también a modo de defensa de la actividad, había agregado: “no salen a punta de pistola a obligar a la gente a dar su iris”.