Piden enjuiciar a los acusados por el crimen del empresario descuartizado: qué rol tuvo cada uno y qué pena podrían recibir
Se trata de ocho personas que, para la Justicia, tuvieron diversos grados de incidencia en el homicidio de Fernando Pérez Algaba, el empresario de 41 años cuyo cadáver fue hallado descuartizado en una valija el año pasado en un arroyo de Lomas de Zamora.
Este lunes 25 de marzo por la mañana, el fiscal Marcelo Domínguez, de la UFI N°5 de Lomas de Zamora, pidió la elevación a juicio de ocho acusados: Maximiliano Pilepich (45), Nahuel Vargas (43), Matías Gil (28), Flavia Bomrad (38), el comisario de la Policía de la Ciudad Horacio Córdoba (38), Fernando Carrizo (34), Luis Contreras (38) y Blanca Cristaldo.
Están imputados por los delitos de homicidio cuádruplemente calificado por concurso premeditado de dos o más personas, alevosía, codicia y uso de arma de fuego, en grado de coautores y partícipes secundarios y falso testimonio y encubrimiento agravado. En el peor de los casos, la pena será de prisión perpetua, en caso de que los acusados sean hallados culpables.
Quién es cada uno los acusados
Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas eran socios de Fernando Pérez Algaba, son los principales sospechosos de su asesinato.
Horacio Córdoba, comisario de la Policía de la Ciudad, está señalado de haberle entregado a Pilepich el chip de un número telefónico que se activó el 18 de julio, día de la desaparición de Fernando Pérez Algaba, en la zona de General Rodríguez, y que hizo llamados a varios abonados relacionados con Pilepich, Vargas y la víctima.
Entre las 00.30 y la 1.48 del 19 de julio, las antenas registraron nuevamente actividad en el loteo de General Rodríguez. A esa hora y en ese lugar creen que podría haber sido desmembrado el cuerpo del empresario. Poco después, cerca de las 2.30 de la madrugada, el teléfono atribuido a Pilepich fue ubicado en Ingeniero Budge, cerca de la casa de Luis Contreras, quien fue el primero en romper el pacto de silencio.
Reconoció que a esa hora Pilepich llegó a su casa y que lo hizo junto a Nahuel Vargas. Dijo que ellos llegaron en un auto blanco. "“Me acerco y estaba el señor Pilepich del lado del acompañante con otro sujeto al que se dirigió como ‘Nahu’ o ‘Nahuel’, quien estaba al volante del vehículo. Pilepich me preguntó si me animaba a tirar unas bolsas. Abrió el baúl y allí se veían bolsas negras, y dentro de las bolsas negras se veía una parte de un cuerpo, una mano", recordó.
Entre los roles que habrían tenido los otros acusados, está el de la gestora Flavia Bomrad, que habría cumplido un “rol gravitante” en momentos previos a la muerte de Pérez Algaba, “en razón de la íntima amistad y relación de confianza que unía a ambos”, según entendió el fiscal.
Las comunicaciones que pudieron existir momentos antes del fatídico desenlace entre Pilepich y Bomrad fueron con el propósito de asegurar al primero de los mencionados el arribo de la víctima al predio Renacer de General Rodríguez", menciona el expediente. Y agrega: "Bomrad resultaba ser amiga íntima y gestora de la víctima, tal como lo han señalado diversos testigos, pero también mantenía vínculos comerciales con Pilepich, a quien habría conocido incluso a través de Pérez Algaba”.
La fiscalía tamibén apunta a Horacio Córdoba como quien "asesoró o instruyó" a Pilepich "en cómo emplear y manejar la cuestión tecnológica, pudiendo presumir con un alto grado de convicción que dichos conocimientos le fueron llegados por Horacio Córdoba, en su doble rol de idóneo y profesor en estas experticias". Y agregó también que "corresponde señalar que si bien no se puede desconocer el vínculo previo existente entre ambas partes, la prueba colectada no permite superar el umbral de convicción necesaria como para colocar a Córdoba dentro del posible plan criminal trazado en carácter de coautor".
Por su parte, se cree que Matías Gil fue quien se quedó con el bulldog francés de la víctima y que luego fue hallado en el barrio de Villa Lugano.
Blanca Cristaldo fue detenida por haberle ofrecido una casa en Paso del Rey a Maximiliano Pilepich para refugiarlo mientras este estaba prófugo de la Justicia.
Sobre el rol de Nicole Chamorro, la única de las acusadas que fue puesta en libertad, el juez del caso indicó que la instrucción basó exclusivamente su pedido en los dichos de un testigo que supuestamente escuchó varias conversaciones entre la acusada y su hermana. “Empleaba palabras extrañas, haciendo referencia a nombres como ‘María Teresa’ o ‘María Teresa de Calcuta’ o ‘Noemí’”, señaló el testigo. Y agregó: "Le dijo que preparara todo para cuando la hermana salga en libertad, haciendo referencia a un viaje a General Rodríguez y que, si todo salía bien, con la plata de eso se paraban para siempre”.
Se la dejó en libertad porque no hubo más elementos probatorios que esos.
Cronología del caso
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio pasado hasta el predio Renacer de General Rodríguez a encontrarse con él.
La desaparición del 'Lechuga' fue denunciada el 19 de julio por la dueña de un departamento que la víctima había alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
Mientras que sus restos descuartizados fueron encontrados entre el 22 y el 24 de julio en un arroyo en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
Para la Justicia, el crimen ocurrió en General Rodríguez
De acuerdo a la investigación, la última ubicación del celular de Pérez Algaba en modo activo ocurrió en General Rodríguez el 18 de julio.
Las pistas, condujeron hacia el loteo del country Renacer, donde había una casa construida y, de la cual solo se encontraron escombros. Se cree que los involucrados demolieron el lugar para hacer desaparecer los rastros del posible homicidio.
Además, según la declaración de Pilepich y Vargas, los principales acusados, el empresario fue hasta aquel terreno a buscar el dinero que le debían y cuando ellos se fueron, Algaba se quedó solo con el dinero en una valija y esperando a alguien que iría a buscarlo.
Tras realizar peritajes y rastrillajes en la zona del country Renacer, se encontraron una hoja de sierra, guantes de nitrilo y un clavo con manchas hemáticas que se dispusieron a análisis para comprobar si el ADN correspondía al empresario.
Tras unir los puntos con las últimas personas con las que estuvo, comenzaron las llamadas a indagatorias de los principales sospechosos, sus ex socios, Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas.