Lo difundieron en la tarde de este lunes 8 de abril en el programa televisivo El Diario de Mariana, por El Trece. El denunciante es un hombre que trabajaría en la casa del cantante en barrio Bicentenario.
Según lo que informaron los periodistas mostrando fragmentos de la denuncia, Elián Valenzuela (conocido como L-Gante) está denunciad por robo agravado en poblado y en banda, privación ilegítima de la libertad, coacción agravada, lesiones, amenazas agravadas y reducción a la servidumbre. Quien lo denunció se llama Daniel Vera, quien dijo trabajar en la casa que el músico construyó en barrio Bicentenario.
En la denuncia también acusó a Claudia Valenzuela (madre de L-Gante), y otros colaboradores como "El Gordo Jona", Tomás Herrera, Yamil Valenzuela y Candela Arizaga (novia de L-Gante). El hecho habría ocurrido el domingo 17 de marzo a las 20.40, cuando
el denunciante realizaba tareas domésticas y le manifiesta a Claudia Valenzuela que tenía hambre y luego, por circunstancias que no están claras, terminó denunciando que fue golpeado por L-Gante y sus amigos o colaboradores a puñetazos y patadas.
Vera remarcó que hace un año había sufrido un ACV y esto la familia de L-Gante lo sabían previamente. Declaró también que escupió mucha sangre producto de las heridas que le dejaron y que el cantante "me recriminaba que tenía que callarme la boca y no joderlo" pero "yo hacía tres días que no comía y estaba en base a mate cocido y no había nada en la casa para comer".
Finalmente, dijo que el músico le tiró $20.000 en efectivo y que Claudia Valenzuela le decía "eso te pasa por andar hablando, viejo bocón". Señaló también que le quitaron su teléfono celular y L-Gante lo amenazó de muerte y lo enviaron a la vivienda de atrás y que "me iban a vigilar por si me escapaba. Escupí sangre toda la noche, a las cinco de la mañaana encontré una llave del portón dentro de un cajón y pude escaparme".
Daniel Vera manifestó también que lleva cuatro años trabajando en la casa de L-Gante y que él "siempre me dijo que me daba un techo a cambio de que me callara la boca. Hice múltiples tareas sin ninguna contraprestación más que un lugar donde dormir. Limpiaba, barría, lavaba los autos y la ropa, cocinaba, me usaban de chofer. Cuando se mudaron al country Banco Provincia, estando aburridos, la diversión era agarrar un arma y apuntarme. También estilaban usar armas de aire comprimido y tirarme con balas de plástico, se reían".
