El crudo testimonio de una familia tras la profanación de una tumba del Cementerio Municipal
En concreto se trata de la familia Soria del barrio San Martín, quienes en la última emisión de Contame La Posta hicieron referencia a los robos sufridos en la nichera donde descansan en paz sus seres queridos
En la última edición de Contame La Posta, el dolor expresado por una familia tras robos sucedidos en el nicho de sus seres queridos en el Cementerio Municipal, reavivó las quejas por el estado de la necrópolis local, algo que no es nuevo, sino que viene desde hace varios meses, pero que se profundizó luego del fuerte temporal acaecido en diciembre pasado.
Pero, más allá del tema infraestructura en sí, en este caso la familia Soria centró su reclamo en el tema inseguridad. El hurto de pertenencias, quizás con valor más afectivo y simbólico que otra cosa, no es algo nuevo lamentablemente en el predio, pero nunca deja de ser una cuestión que merece ser visibilizada.
La familia Soria fue la víctima en esta oportunidad y así contaron la situación que les tocó vivir en primera persona: "fuimos con mi esposo como habitualmente vamos a visitar a nuestros hijos, y vimos el portón verde abierto que es el que da justo a la nichera familiar. Ese portón da a la calle Remedios de Escalada de San Martín, al costado del Cementerio. Cuando llegamos a nuestra nichera familiar, nos llevamos la sorpresa de que le habían robado a mis hijos y a mi suegra los floreros de bronce", dijo Laura Deguiz.
Por su parte, Yanina Soria manifestó que "es una nichera familiar de tres cuerpos, que tiene tres tapas".
En la nichera de arriba se encuentran descansando los hijos de Laura y hermanos de Yanina, Araceli y Ezequiel, mientras que abajo están los suegros de Laura, Alberto y Araceli.
Las mujeres expresaron que es la primera vez que les pasa y que sintieron "una impotencia terrible al ver que les faltaba todo eso. Y encima cuando abrimos le faltaba a mi hijo una remera de Boca que le habían dejado los amigos con los que él jugaba al fútbol. A mi hija le faltaba una camiseta de handball que le habían puesto sus compañeras de handball. Eso se lo llevaron, pero fue tanta la indignación que me nublé y no vi lo demás".
No obstante, la madre de los jóvenes difuntos añadió que luego vio una foto tirada de su hijo Ezequiel y una Virgen de San Nicolás que él tenía allí y la habían tirado sobre un costado: "entonces de la indignación me fui para adelante, para la oficina. Había 5 ó 6 personas sentadas, muy tranquilas. Le pregunté a un muchacho qué había pasado, porque le comenté lo sucedido, y me respondió que ellos no sabían nada. Le remarqué que esa nichera es privada, que por eso pago todos los meses, sino que se fijara en el sistema, pero me contestó que no podían fijarse en el sistema porque estaba cerrado".
La mujer expresó sentirse vulnerable, indefensa, y con mucha sensación de impunidad, "todo lo que puede sentir una madre en ese momento".
A la vez que comentó que una compañera de trabajo le había alertado ya de que estaban robando tanto placas como floreros y demás cosas. "El sector donde están mis hijos está abandonado", enfatizó.
En tanto que Yanina aseguró que trabajó hace algunos años en el Cementerio Municipal y una de las cosas necesarias de saber "es conocer las ubicaciones de los nichos, como las bóvedas, las parcelas de tierras y demás. Antes había carpetas, ahora hay sistemas. Así que es imposible que los empleados no sepan las ubicaciones ni que no sepan que profanan tumbas".
"Yo no podía ver a mis hijos como desamparados o abandonados, entonces fuimos y compramos los floreros con mi esposo, y los fuimos a poner. Pero nadie nos dijo ni buen día, ni una disculpa. Nada. Estaban encerrados en la oficina", resaltó Laura. Mientras que refirió no haber visto empleados en el resto del predio, simplemente gente cortando el pasto pero que no pertenecerían a la Municipalidad: "yo tengo 25 años como municipal, vivo hace 65 años acá y no era gente conocida".
"Guadalupe Udaeta que es la directora del Cementerio, nos conoce, me conoce, tiene mi número de teléfono también, y no se comunicó en ningún momento con nosotros, aunque sea por cordialidad o por compañerismo", aseveró Yanina Soria.
"La gente compra como macetas de plástico para ponerles a los seres queridos porque ya les han robado todo. Están jugando con el dolor por los seres queridos", agregaron. Y concluyeron: "esperemos que haya una solución. Dejamos en claro igualmente que solo hacemos este reclamo a través de este medio por lo que nos sucedió y hay mucha gente del barrio San Martín a la que les ha pasado lo mismo".