La historia de Lucas Buena, el policía baleado por motochorros en Acceso Oeste: cómo sigue su salud
El subinspector de la Policía Federal, de 30 años, que fue atacado ayer a la tarde por motochorros en el Acceso Oeste, está internado en estado crítico: en terapia intensiva y asistido con respirador. Su novia Noelia Velázquez Torres, de 27 años, falleció pocas horas después del ilícito
Lucas Buena, el oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) herido de bala al resistirse al robo de su moto cuando circulaba por la Autopista del Oeste, a la altura de General Rodríguez, continúa en grave estado. Está internado en terapia intensiva asistida con respirador mecánico.
Buena, de 30 años y oriundo de Merlo, permanece en terapia intensiva en el Hospital Médico Policial Churruca, adonde fue derivado ayer y donde fue intervenido quirúrgicamente y le hicieron una tomografía.
El hombre trabaja como subinspector en la Policía Federal desde hace más de cinco años y, según expresó alguna vez en redes sociales, todo fue gracias a su madre.
El agente policial es tan fanático de los autos como de las motos y por eso iba subiendo a sus redes sociales los distintos progresos que lograba en ese aspecto de su vida. Es por ello que, cada tanto, mostraba que había cambiado el auto.
“Después de tanto esperar y buscar, llegó el 200 caballos para mí”, escribió en octubre de 2019 en una foto que publicó junto a un Honda Civic de color negro. Automáticamente, recibió decenas de felicitaciones de sus amigos.
Tres años después, logró cambiar de auto y también lo hizo público a través de su Instagram: “Llegó el T roja recién desembarcado. Inmaculado, cuero nogal. Solo puedo decir gracias a todos los que me siguieron bancando, que cada uno sabe quienes son”, escribió en una foto junto a un Volkswagen Bora.
En aquella publicación había escrito “Honda manda”, y a los pocos meses se hizo caso: volvió a tener un Honda Civic. La publicación se llenó de felicitaciones y chistes por el regreso a su primer auto. “Dicen que las segundas partes son malas, yo creo que se van a equivocar”, escribió un amigo.
Con el paso del tiempo, al fanatismo por los autos y las picadas (solía ir al autódromo) se les sumó una nueva pasión: las motos y las carreras en la arena. En febrero del año pasado fue al Enduro del Verano que se realizó en Pinamar y se animó a andar tanto en moto como en cuatriciclo por los médanos.
En febrero de este año también repitió el plan del año pasado y viajó a la localidad costera para presenciar uno de los eventos más importantes a nivel nacional. En esta oportunidad viajó con su Honda Tornado de color blanco, la misma que manejaba cuando le dispararon los delincuentes.
Fanático de Independiente, Lucas había viajado hace unas semanas a Gualeguaychú para disfrutar el fin de semana largo de Semana Santa.
Querido por sus amigos, familiares y compañeros, su preocupante situación de salud generó una profunda conmoción entre sus allegados. “Vamos amigo que todavía falta mucho barro, arena, chomba y visera”, fue uno de los comentarios que recibió en redes.
Información: La Nación