Ocurrió durante la madrugada del viernes 2 de agosto en la calle Carlos Pellegrini al 800, pasadas las 5, cuando agentes de Tránsito pararon un automóvil que era conducido por un hombre de 42 años.
El caso tiene acusaciones cruzadas y a ambas pudo acceder La Posta. Todo se originó cuando inspectores de tránsito pararon un automóvil Chrysler Stratus LE (BHE-010) para un control vehícular. El vehículo era conducido por Darío (42) pero en realidad le pertenece a su hermana Jésica (33), a quien llamó por teléfono para decirle que se acercara al lugar a presentar los papeles pertinentes.
Lo cierto es que en el procedimiento participaron, como suele ocurrir, personal de Tránsito municipal y Policía Bonaerense. Y la propietaria del vehículo denunció penalmente que hubo situaciones de maltrato y abuso de autoridad cuando ella llegó al lugar. En su denuncia aclaró que el auto se lo había dejado a su hermano, dado que él es mecánico, y que lo primero que hizo fue acercarse a los agentes a mostrarles el título automotor y la cédula.
En el documento al que pudo acceder La Posta, ella declaró que un policía le dijo que corriera el auto que estaba mal estacionado, pero que cuando ella se subió al vehículo como previamente habían acordado, la quisieron hacer bajar, tratándola como si tratara de escaparse. Ella se negó a bajar del auto porque dijo "es mío", pero relató que una mujer policía la golpeó y tironeó con agresividad junto a su compañero y la arrastraron por el asfalto para sacarla. Incluso que la oficial le decía "pegame, pegame", provocándola. "Ella me pegó en las piernas, y entre los dos me pegaron en la nuca y en las costillas", declaró Jésica.
También relató que en el Hospital Vicente López "no me revisaron nada", pero sí agradeció el trabajo de la Policía Científica y de un médico forense porque le "dijo que ve una fisura en una de mis manos", sin embargo el traumatólogo del Hospital dijo que "no había nada, sólo una sobrepostura del hueso y ni siquiera me recetó medicamentos. Tengo marcas en las manos, codos, espalda, brazos". Y agregó que "a estos dos policías, les pregunté quiénes eran, pero nunca se quisieron identificar, aunque si los viera, los reconocería. Ella era morocha, pelo negro largo y recogido; él también morocho con cabello negro. Ambos tendrían más de treinta años".
El hermano de Jésica también acusó maltrato de parte de los policías e incluso señaló a uno de los agentes de tránsito, aunque sólo se tuvo acceso a la denuncia de su hermana, por tanto habrá que ver si añadió o añade su declaración de forma oficial. El auto terminó secuestrado y ambos hermanos yendo a la comisaría. "Tuve que firmar obligado una causa que me hicieron por resistencia a la autoridad para poder irme", dijo Darío.
La versión de las autoridades
Respecto a lo sucedido, La Posta pudo acceder también a la versión de las autoridades sobre los hechos. En el documento se informó que Darío se habría negado a hacerse el test de alcoholemia. Además, también se detalla que Jésica al subirse al auto "quiso darse a la fuga" e incluso que su hermano también intentó huir a pie, pero fue interceptado. El acta del área de Tránsito esgrime como infracciones la "resistencia a hacerse el test de alcoholemia, la falta de seguro y licencia, y el desacato".