En el Raffo y Villa Ita, sigue el miedo: Tras derribar los búnkers, la policía se fue y los narcos amenazaron a vecinos

Esta mañana el Municipio publicó en las redes la novedad de la destrucción de algunas viviendas precarias que eran usadas para el narcomenudeo en lo que viene siendo el punto más caliente de la droga durante la gestión. Pasadas las publicaciones, en el barrio no hay calma, sino todo lo contrario: reina el miedo, las amenazas y hasta hubo principios de incendio por partícipes de la banda que culpan a vecinos.

En un video de los que acostumbra a subir el intendente municipal Mauro García, esta mañana se mostraron imágenes de las máquinas municipales derrumbando casillas en la zona de los barrios Raffo y Villa Ita, al oeste del distrito, como corolario de los allanamientos realizados días atrás donde se secuestraron muchas dosis de drogas y se empezó a desarticular uno de los puntos centrales de una banda que hace al menos cuatro años no para de generar estragos en el vecindario, donde hay más robos, violencia, menores hallados en pésimo estado y hasta venta de "droga zombie".

No es la primera vez que alguna fuerza ingresa en esa zona y allana o detiene gente, hubo al menos dos en la misma zona (con helicóptero incluido), pero esta sería la primera vez en la cual capturaron a un cabecilla, según es el trascendido. Esta vez, fue con presencia de la Policía Federal, en coordinación con la Bonaerense y la Fiscalía N°12, del Dr. Leandro Ventricelli y su ayudante, Ezequiel Freydier. Según trascendió, el que maneja la zona y fue uno de los tres detenidos, es Jacinto Benítez, que era conocido en el barrio hacía mucho tiempo pero cuando pasó a ser el "Pablo Escobar" de la zona, se habría mudado a un country. Luego del operativo, se tiraron casillas sobre las calles Chubut y Kramer, que servían como puntos de venta.

Ahora, sus muchos "soldaditos", menores de edad mayormente y varios vecinos de origen extranjero que "copan" muchos terrenos irregulares en la zona del fondo del Raffo, el barrio "Villa Ita", dominan la escena y mueven todo el delito entre Fraternidad hasta el Barrio Bicentenario (ruta rentable, si la hay). En la zona, en los últimos años, son incontables los episodios donde han ocurrido suicidios, robos, menores desaparecidas/os que son hallados allí, abusos, chicas caminando desnudas por la calle y chicos vueltos "zombies" por la venta de fentanilo.

Una frase para un video, un problemón para los vecinos

De toda esa infraestructura restante, que no es una o dos casillas, nada se avanzó. Y el resto de la organización, según se rumorea por estas horas, trata de juntar dinero para una posible fianza de su jefe, así como también se dedicaron a amedrentar a todos los vecinos que pudieron, puntualmente, acusándolos a raíz de las mismísimas declaraciones del sr. intendente, cuando en su propia publicación audiovisual aseguraba: "Estamos haciendo lo que tenemos que hacer, destruyendo los lugares que le hacen tanto mal a nuestra ciudad, en este lugar hemos dado con un lugar que los vecinos nos denunciaban permanentemente la venta de drogas. Sabemos que no es fácil, pero lo vamos a seguir haciendo y avanzando en todos los órdenes para poder terminar con este flagelo".

Narcos, homicidas y reyes de la zona: la historia se repite

La banda de Benítez es señalada además por un homicidio (y en la zona en el pasado han dicho que más, aunque nunca se pudo establecer cuáles). Se trata de una balacera entre narcos en Villa Ita, por la cual mataron a balazos a Néstor Fabián Basabe, de 35 años, en enero de 2023, en el hecho que sacó a la luz el tamaño del avance del crimen organizado en esta zona, que tomó el lugar que solía ser del barrio "Agua de Oro", que pasó por este exacto proceso entre 2008 y 1015 y que tuvo varios homicidios vinculados al tráfico con bandas de extranjeros que nacían en la villa 1-11-14, donde mataron a 4 personas jóvenes (que salieron de Gral Rodríguez) a tiros de ametralladora en una escena digna de una serie de Netflix (entre otros crímenes).

Pasaron los años y Agua de Oro quedó un poco menos acechada por la guerra narco (vecinos contaban que dejaban ametralladoras entre los juncos o que pasaban tiroteándose en la calle y les ingresaban balazos a sus casas), pero sigue repleta de hechos y casos graves, solo más "ordenado" el negocio. De todos modos, muchos creen que del daño causado en aquella época y tras el aumento del consumo, es que ocurren tantos robos en los barrios adyacentes, las rutas 7 y 24, o el Acceso Oeste.

Relato en primera persona y una vecina a la cual "no vieron más"

El 10 de enero del año pasado, tras el homicidio de Basabe, publicamos una entrevista en Villa Ita, (a metros de donde quedó el cuerpo de la víctima) con vecinos y ellos manifestaron lo que era vivir allí y hace cuánto que crecía esta mafia narco. Tiempo después de eso, vecinos dijeron no haber vuelto a ver a los que declararon, quizás se fueron por las amenazas. El Estado nunca emitió una opinión al respecto y ni siquiera menciona la cuestión de que tiene un barrio tomado. Seguramente no sea buena publicidad o no queda bien en un video.

"El flagelo" interminable y una lucha despareja

Lo cierto, es que la venta aumentó tanto, que así como solía ser Agua de Oro, Pico Rojo, Altos del Oeste o Güemes, se ha hecho la metástasis en el Raffo y Villa Ita y hoy es un punto que genera venta no sólo para los rodriguenses, es un punto que trae gente de afuera. Y al crecer el negocio, se extendió el territorio. Dado que en adyacencias no hay controles, las calles son casi inaccesibles y los accesos son muy fáciles de "vigilar", por lo que la demografía facilita el desarrollo territorial. Al que no lo compran, lo amenazan. No se necesita mucho, si son menores los que ejecutan en muchos casos (¿y el servicio social?). Hay chicos huérfanos y otros cuyos padres son o se han vuelto parte, por miedo o necesidad, para paliar la crisis.

Toman terrenos, compran voluntades, amenazan. Todo muy rápido. Lo opuesto de las fuerzas y la justicia, o la política. Que en cuatro años, desde que ingresaron, no cambiaron nada, apenas salieron fotos que no se sostenían una semana. Y los espacios que "desbarataron", muy rápido (a veces en horas), los volvían a tomar los narcos.

Mañana de fotos y resultados, tarde de amenazas, incendio y mafia

Esta tarde, tras retirarse las fuerzas federales, que son las señaladas como las que consiguen algo más de confianza, al barrio tuvieron que ir bomberos a apagar principios de incendio y varias patrullas del COM para calmar lo que podía terminar muy mal. En parte, por la ineficacia pronunciada de los responsables y un poco también por el marcado error de declaraciones del intendente, que pareciera que trata de "destacar" a los vecinos de iniciar denuncias a una organización que no tiene ninguna medida equiparable. En vez de encararlo como una búsqueda propia o enfrentar de manera directa la situación, se pasa la pelota a los vecinos. "Ellos denunciaron". Si no fuera que ya se sabe la pésima estrategia comunicacional que tiene el Municipio, sonaría a una excusa para darles a los narcos. ¿Necesitaba García salir a decir que tras cuatro años de delitos y hasta un homicidio, eran las denuncias de vecinos lo que generaba avances?

De este modo, no se puede hacer nada y los vecinos de la zona, la mayoría trabajadores, que ya bastante toleran con la falta de obras, de infraestructura, de situación económica o de inseguridad, tienen que seguir pensando que luchan ellos solos y con suerte, una fiscalía, con intervención de la Nación, pueda hacer algo, pero claro, eso se esfuma tan pronto se retiran unas horas más tarde, siempre con el trabajo a medias. Después dicen que "la gente tiene que animarse a denunciar", pero aquí, ni la justicia avanza sola, ni la política la empuja. ¿Cómo va a tomar un año y medio después de un crimen, detener por primera vez a un responsable?

Ahora depende de que la fiscalía no se quede con esto y avance con el resto de los partícipes y realmente trate de que se desbarate la cuestión, que ya tiene a los involucrados tratando de ocupar los sitios perdidos. No sea que se tenga que pasar por alguna desgracia mayor, si es que hay algo peor que vivir en un barrio donde la mafia se queda y el estado hace visitas ocasionales como un padre ausente que solo va un par de días al año como para mostrar que "cumplió".