Conflicto, denuncia y terror en Casa Trans del Oeste: "Estamos con mucho miedo"
El sábado 28 de septiembre, la presidenta de esta ONG, que brinda contención y apoyo a personas trans de la región, radicó una denuncia por una situación que despertó terror en la comunidad que vive en la sede de esta entidad ubicada en barrio Parque Granaderos.
Valeria Carrillo, presidenta y fundadora de Casa Trans hace casi una década, comenzó con su activismo y apoyo brindando contención emocional y refugio a otras personas de su comunidad que habían sufrido vulneraciones graves como abusos sexuales y episodios de violencia, tal como le tocó vivir a la propia Valeria. Su objetivo, "sacar a las compañeras de la calle", del trabajo sexual y de los riesgos que generaba.
Recibió a mucha gente en su casa durante años, logró hacer funcionar un merendero, impulsar talleres y hasta funcionar como una sede del Plan FINES, para que muchas personas trans pudieran terminar los estudios primarios y secundarios. Su última conquista: gracias a alzar su voz, logró que el Municipio contratara a una de las integrantes de su ONG y cumpliera, después de casi cuatro años, la Ley de Cupo Laboral Trans.
A mediados del año pasado, el Municipio le había cedido un terreno para que Casa Trans tenga un espacio propio. Allí, en el predio de las calles Curuzú Cuatiá y Riobamba, en barrio Parque Granaderos, comenzó la construcción con materiales cedidos por el Gobierno bonaerense. Allí viven Valeria y las más de veinte compañeras trans, buscando desarrollar sus actividades en un espacio seguro y con acceso a derechos básicos como un hogar, alimentación y formación. Sin embargo, Valeria comentó que hace dos meses que están viviendo una pesadilla.
Un conflicto que despierta terror en la comunidad de Casa Trans
El último sábado 28 de septiembre, Valeria Carrillo radicó una denuncia penal. Ante la Policía, declaró que hace dos meses llegaron vecinos nuevos a vivir a la propiedad lindera a su domicilio y que uno de ellos es un hombre que lleva todo ese tiempo insultándolas, amenazándolas, cada vez que las cruza.
La gota que rebalsó el vaso ocurrió justamente ese sábado al mediodía, cuando un hijo adoptivo de Valeria se encontraba junto a un amigo desparramando tierra en la vereda para comenzar unas refacciones y el mencionado sujeto pasó varias veces con la moto insultando, hasta que el amigo del hijo de Valeria le pidió que se calmara, que solamente estaban trabajando y el hombre se enfureció y empezó a proferir más insultos. La referente trans salió del interior de la casa a ver que ocurría y el sujeto la amenazó de muerte.
"La causa la tiene la UFI N.º 10 de General Rodríguez. Ya pedí una restricción perimetral y me dieron un botón antipánico, pero varias de las chicas y yo nos fuimos de nuestra casa porque estamos con mucho miedo de que este hombre nos haga algo. Estamos parando en la casa de una compañera que alquila, pero no es justo que teniendo nuestro lugar nos tengamos que ir. Somos grandes, algunas tenemos problemas de salud. Yo ya he sido violada, cortada, no quiero volver a pasar por eso. La gente de Género de la Municipalidad se ha movido rápido con nosotros, pero necesitamos que la fiscalía notifique a esta persona de que tiene una perimetral puesta para que sepa que no debe acercarse", dijo Valeria.
Y agregó que: "De momento también suspendimos las clases del plan FINES porque es un peligro para todas, para las chicas que vienen a aprender y para las maestras que vienen a enseñar. Aunque no vaya preso, quisiera que no siga más viviendo al lado nuestro, porque no podemos tener una institución trans junto a un domicilio donde nos amenazan. Por lo que sé, el dueño de la propiedad evidentemente lo trajo a vivir acá y espero que se lo lleve".
