Micaela Becker Cantariño tenía 27 años, era profesora en cuatro instituciones locales enseñando literatura e inglés. Falleció el sábado 5 de octubre por una sorpresiva afección de salud y la noticia generó un profundo dolor en la comunidad. Su historia.
Nacida en Capital Federal el 22 de abril de 1997, era la segunda de tres hermanas, a quienes su mamá les decía "las tres lechuzas". Estudió en el Instituto Santa Clara de Asís en Las Malvinas y los últimos años del secundario los hizo en la Nueva Escuela del Sur.
Su familia comentó que era una alumna intachable, con un carácter rebelde y fiel a sus convicciones. Decidió estudiar abogacía en la Universidad de La Matanza e hizo el curso de ingreso, pero en segundo año cambió de rumbo y estudió el profesorado de Letras, primero en el Instituto Rojas de Moreno y luego en la Universidad de Morón.
"Era una lectora empedernida, tenía su bookstagram @comobecquer donde compartía reseñas de los libros que leía, organizaba clubes de lectura y recomendaba libros. También tenía otro donde vendía los libros que ya había leído para poder comprar otros. Los libros eran su vida", contaron desde su familia.
Mencionaron también sobre sus intereses. "Tenía 3 gatos, Matilda, Úrsula y Silvestre, a los cuales había rescatado sin dudar al encontrarlos en la calle. También rescató otros a los que les buscó hogar. Amaba a los gatos. Desde los 15 años era vegetariana, frente a los cuestionamientos por su decisión juvenil, ella mantenía su postura firme. Otro hobby que también tenía era restaurar muebles, compraba usados o de pino y los pintaba y arreglaba a su gusto, entre lo moderno y lo antiguo. Tenía muy buen gusto. Toda su casita tiene muebles personalizados por ella, incluido un hermoso sofá, el cual era su espacio de lectura, al lado de sus bibliotecas repletas de libros", señalaron.
"Los colores fuertes y vivos la caracterizaban y reflejaban cómo se tomaba la vida, siempre con alegría y firmeza, siempre dándole para adelante, con su voz fuerte y sin parar de hablar o reír. Era de una familia grande por parte de ambos padres, muy familiera, le gustaba estar con sus hermanas, primos, tíos y abuelos. Era fan de su papá, al que siempre llamaba para que le hiciera mandados y le arreglara cosas. Navidad era su fecha preferida, organizaba los regalos 3 meses antes y pasaba todo diciembre mirando películas de la temática. Obligaba a sus hermanas a verlas también. Le hacía mucha ilusión el reencuentro familiar cada fin de año. Otra fecha que le gustaba mucho era Halloween, pensaba mucho el disfraz que se pondría para ir a dar clase al Instituto de inglés, lo que la llevaba a caer vestida de mecánico, Doña Florinda, bruja, detective, etc.".
Señalaron también que le gustaba que sus cumpleaños fueran temáticos, "que sus invitados llegaran disfrazados. Y los juegos de mesa no podían faltar, ella era muy competitiva y siempre quería ganar.
La docencia era su pasión. Trabajaba en el Instituto Santa Clara de Asís, en el Instituto Nueva
Escuela del Sur y en el Martín Rodríguez dando Literatura y en Hey Institute enseñando inglés.
Cuando podía tomaba horas en el Fines porque le encantaba enseñar a adultos".
Micaela fue despedida el miércoles 9 de octubre en una cochería de la avenida San Martín y el sábado 12 de octubre a las 18 habrá una misa en su honor en la Parroquia Inmaculada Concepción, de las calles Sargento Cabral y José Hernández (Las Malvinas).
El recuerdo de Micaela
En diálogo con La Posta, su familia recopiló testimonios de sus allegados para recordar a Micaela Becker Cantariño. Y enviaron los mensajes para este artículo:
Testimonios de sus amigas
- “Mica inspiraba vidas, fue de esos vínculos que te ayudan a evolucionar, entregó solo amor al
mundo dejando huellas en cada persona que la conoció” - “Mica es mi amiga del corazón, del alma y de la vida”
- “Amiga incondicional, te amaré y agradeceré por siempre los días que estuviste a mi lado.”
- "Amiga, honrosa, mágica, sabia, alegre, brillante. No podría haber imaginado tus espacios monumentales hasta que llegó el momento de verlos sin ti. La estela de tu presencia siempre estará; siempre está.”
Testimonio de sus hermanas
- “Mica no solo era nuestra hermana, era nuestra mejor amiga y confidente. Tenía un corazón
inmenso y mucho amor para dar.”
Testimonio de sus familiares
Su poeta preferido era Miguel Hernández, quien escribió
Cortar este dolor ¿Con qué tijeras? Pero junto a este sentimiento siempre estará su sonrisa iluminándonos. De hecho, lo sigue haciendo.
- “Mica tenía un deseo profundo de un mundo distinto. Un afán por rescatar lo bello, en los gestos
de amor y cuidado hacia las personas que la rodeamos, y gatitos que necesitaran un hogar. Por
eso también tenía tanta pasión por la literatura, y se rodeaba de libros en los que habitaba
infinitos mundos en su imaginación, que luego hacía circular a su alrededor.
Estaba llena de amor y alegría, y su ausencia física deja mucho silencio, pero conocerla fue un
regalo inmenso y su risa la más hermosa música.”
Testimonios de sus colegas docentes
- "Conocemos a Mica desde pequeña y siempre fue pícara. Inteligente, dedicada, responsable pero
pícara. De más grande, cuando pudimos ser compañeras de trabajo, nos dimos cuenta de que
compartíamos el mismo humor, nos reíamos de lo mismo y también nos quejábamos de lo mismo.
Ver llegar a Mica era ver su sonrisa, su ropa colorida y luego escuchar su particular tono al hablar.
Daba gusto escuchar sus clases, era exigente y cálida con los/as estudiantes. Se enojaba y también
hacía chistes. Había mucho compromiso social su planificación diaria. Mica no pasó desapercibida.
Ya sea por su sonrisa, su humor, sus colores o su amor por enseñar, todos/as nos sentimos
honrados/as de haber compartido con ella". - “Alumna destacada, docente, comprometida, compañera, amiga de sus amigos y una sonrisa que
regalaba a cada uno todos los días. Tantos elogios y sentimientos que se quedan en la garganta...” - Mica era esa persona con la que sabías que podías contar para encarar cualquier idea loca que buscara mejorarle la vida a otra persona de alguna manera. Podía ser desde enseñar verbos a los adultos de una forma más descontracturada, por medio de juegos hasta imaginar y diagramar una revista digital que hiciera visible cada logro de sus estudiantes. Fue la que les enseñó las ventajas y desventajas de inteligencia artificial para ayudarlos a redactar: pude verla disfrutar, con ese brillo inconfundible en sus ojos, cuando sus adultos sorprendidos caían en la cuenta de lo que habían logrado. Por eso Mica es especial, porque si algo nos enseñó es que de todo podés sacar una chispa de alegría que ayude a seguir remando.
- Como estudiante, la recuerdo franca, sincera, querellante de las injusticias y de las reglas antidemocráticas. Con ganas de aprender, pero de verdad.
Como colega, la voy a recordar siempre con esa calidez humana y esa empatía que, aun con los pies en la tierra, podía ver más allá, podía encontrar la riqueza en el otro, aunque ni siquiera lo supiera.
Por eso, estoy segura de que Mica sigue con nosotros, sigue sonriendo con esa mirada cómplice y compinche. Porque algo bueno tenemos que sacar de tanto dolor. Se lo debemos. - Mica dejó, sin dudas, una huella imborrable en cada aula que transitó. Era una docente capacitada y feliz, comprometida al máximo con su tarea de enseñar.
Las citas literarias que eligió su familia para homenajearla
Cita de la escritora Heidi Priebe:
“Mientras haya amor, habrá dolor. El dolor del paso del tiempo, de la vida a medio terminar, de
los espacios vacíos que alguna vez estuvieron llenos de la risa y la energía de las personas que
amamos. Mientras haya amor, habrá dolor... porque el dolor es la continuación natural del amor.
El dolor es un letrero de neón en letra gigante, que apunta a todas partes y transmite en voz alta:
“El amor estuvo aquí”. Y en letra pequeña, en voz baja, susurra: "El amor todavía permanece”.
Cita de Louisa May Alcott:
“Solía pensar que no podía dejarte ir, pero estoy aprendiendo a sentir que no te pierdo, que serás
más para mí que nunca, y la muerte no puede separarnos, aunque parezca que sí.”