Vidrios estallados y golpes en un brutal asalto a un conductor en pleno centro de General Rodríguez
Sucedió alrededor de las 11.30 de la mañana del miércoles 9 de octubre, cuando Sebastián, un hombre de 39 años, fue víctima de un violento robo mientras se encontraba al volante de su auto Volkswagen Nivus blanco (patente AF830YF) en la calle Sarmiento, a la espera de que el semáforo cambiara para tomar la avenida San Martín.
Según el relato de la víctima, mientras aguardaba en su vehículo, escuchó una fuerte explosión que lo tomó por sorpresa. En cuestión de segundos, un hombre que conducía una moto se acercó a su ventanilla del lado del conductor, que se encontraba levantada. Sin previo aviso, el agresor rompió el vidrio con un objeto punzante y comenzó a golpear a Sebastián con otra herramienta.
A pesar de la agresión, Sebastián logró reaccionar y forcejear con el atacante, quien, aunque llevaba puesto un casco, pudo ser descrito como un hombre de pelo canoso, tez clara y una complexión robusta. En medio del caos, un segundo hombre, delgado y vestido de oscuro, se encontraba en la vereda, mientras que un tercer cómplice aprovechaba la distracción para sustraer pertenencias del baúl del vehículo.
Tras arrojarse al asiento del acompañante, Sebastián comenzó a patear al primer agresor, quien seguía intentando golpearlo. En ese momento, se dio cuenta de que la luneta trasera de su auto había estallado y observó cómo el tercer ladrón escapaba rápidamente con un bolso que contenía un equipo de electrocardiografía, un juego de cables gris con pinzas y chupetes, una mochila azul con un pasaporte, una notebook, un equipo de holter, un pullover, calzado, un disco externo de computadora, un juego de dos llaves y un sello de médico especialista en cardiología. "El que me atacó primero no paraba de pegarme, como si quisiera distraerme para que yo no pueda maniobrar con el auto para escapar mientras el otro me robaba las cosas de atrás", señaló la víctima.
Los delincuentes huyeron corriendo por la calle Juan XXIII en dirección a la calle Avellaneda. Testigos en la escena informaron a Sebastián que eran cuatro hombres armados, quienes se desplazaban en dos motocicletas de color negro y con cascos del mismo color. Según los transeúntes, el hombre que permanecía en la vereda apuntaba con un arma de fuego.
Tras el violento episodio, Sebastián encontró una punta tipo mecha de metal que había quedado en el asiento del lado del conductor, al parecer, el elemento con el que rompieron el vidrio de la ventanilla.