Ante el rechazo mayoritario de las provincias, con Buenos Aires a la cabeza, aseguran que el Ministerio de Salud avanza en la gestión privada de hospitales nacionales como el Hospital Baldomero Sommer. La única excepción sería el Garrahan
La decisión en el Gobierno está tomada y su ejecución será “un proceso” progresivo a partir del año que viene. Al parecer, el único de los hospitales nacionales que retendrá el Ministerio de Salud será el Garrahan “en principio” y los restantes (ubicados en CABA, la provincia de Buenos Aires y Santa Cruz) seguirán perteneciendo a la jurisdicción nacional, pero con una administración privada, de acuerdo con opciones que analizan en esa cartera y conversaciones con grupos que manifestaron interés. Es decir, uno de los hospitales que el año que viene podrían ser privatizados es el Hospital Sommer ubicado en General Rodríguez.
Como vienen expresando desde la Jefatura de Gabinete, argumentan una y otra vez en el equipo a cargo de Mario Lugones que la Nación no tiene por qué tener hospitales porque no es un prestador y la atención de la salud, como la educación, es responsabilidad de los gobiernos provinciales. “El Garrahan, que es emblemático y atiende el 60% de los trasplantes pediátricos del país, debería quedar en la órbita del ministerio”, señalan sobre lo que aseguran que está decidido.
Afirman, a la vez, que la posibilidad de un traspaso de esos centros a las jurisdicciones fracasó luego de que las autoridades de los tres distritos rechazaran la propuesta. Su funcionamiento demanda más de $308.416 millones, de acuerdo con la estimación presupuestaria para 2025.
Mientras que la Ciudad de Buenos Aires ya cuenta con tres hospitales especializados en la atención de la salud mental (Borda, Moyano y Tobar García para menores), como también es el Hospital Laura Bonaparte (ex Cenareso) que administra la Nación en ese distrito, en la provincia de Buenos Aires rechazan de lleno un traspaso sin presupuesto.
Los argumentos de la Provincia
En la provincia de Buenos Aires, el tema no es ajeno y desde el Ministerio de Salud que conduce Nicolás Kreplak señalaron que “los hospitales nacionales no fueron pensados ni planificados para la administración de las provincias, por una cuestión presupuestaria que claramente está fuera del alcance del presupuesto provincial y, por otro lado, por su funcionamiento en términos de red. Son hospitales que reciben los casos más complejos de todo el país”.
Asimismo, respecto al traspaso, puntualizaron que “no es posible recibirlos en las condiciones como se quieren desprender”. Además, se remarcó en la necesidad de “hacer una mesa de trabajo para ver la situación de esos hospitales en un programa sanitario nacional, es decir, cómo se insertan en la red de atención”.
Dentro de los hospitales nacionales están los que son SAMIC (Servicio de Atención Médica Integral para la Comunidad) como el caso del Hospital Néstor Kirchner (La Matanza), el Hospital de Alta Complejidad del Bicentenario Esteban Echeverría y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce de Florencio Varela. A estos establecimientos sanitarios hay que sumar el Hospital Posadas (El Palomar), el Hospital Nacional en Red "Lic. Laura Bonaparte" (Capital Federal), el Hospital de Alta Complejidad El Calafate (Santa Cruz), el Hospital Cuenca Alta de Cañuelas y el Hospital Garrahan (también de Capital Federal).
Precisamente, uno de los nosocomios candidatos a esa transición es el Hospital Nacional Baldomero Sommer ubicado en General Rodríguez, uno de los tantos en los que el presupuesto mayoritario lo aporta Nación (70%) y el resto Provincia (30%), en este caso de Buenos Aires.
El esquema de financiamiento de hospitales como el Sommer es simple: financiamiento compartido, donde un porcentaje lo aporta el gobierno nacional de turno y el resto la provincia o el distrito en el que se encuentre.
Si bien desde la Casa Rosada habían mencionado el modelo español de gestión privada de centros públicos, en Salud aclaran que tendrá “particularidades” de acuerdo con cada hospital. “No va a ser igual”, prevén, sin más definiciones aún.
Fuente: La Tecla