Vecinos del Camino a Navarro volvieron a verse afectados por otro incendio en el Corralón Municipal
Ocurrió durante la tarde del viernes 27 de diciembre, alrededor de las 15 horas, cuando se prendieron fuego ramas mezcladas con basura en la zona trasera del corralón municipal, ubicado en la calle Teresa Mastellone y Camino a Navarro.
El incendio duró alrededor de 45 minutos y generó una enorme columna de humo que, por su densidad y por su color, hacían creer que se estaría quemando algún neumático mezclado entre la basura junto a las ramas y maderas.
Los vecinos, enojados, reclamaban que no podían salir al patio de su casa por la fuerte densidad del humo que los afectaba para respirar y que tampoco podían sacar la ropa a secar al patio.
Se escuchaban explosiones de cosas que seguramente estaban mezcladas entre la basura y para contener la situación, además de la intervención de los bomberos, también estuvo el secretario coordinador de gabinete, Luciano Larralde, aunque no se lo vio a Mauricio Ríos, que es el secretario de Obras Públicas y quien tiene a su cargo el Corralón para controlar que no ocurran situaciones de este tipo.
La columna de humo se divisaba desde kilómetros y según la dirección del viento, pasaba por las casas contiguas. El predio donde se incendió la basura está a metros del galpón de Cartoneros (que trabajan cooperativistas de organizaciones sociales cercanas al Gobierno) y del otro lado, la subestación de Edenor, es decir, riesgos para cualquier zona.
Los vecinos dicen tener grabado todo y aseguran que siempre es la misma historia: los camiones municipales entran la basura y la queman allí y más al fondo. Dias atrás hubo un enorme incendio de pastos que terminó casi metido en el monte del hospital y tuvo más de 400 metros de frente, hasta casi llegar al plan de 478 viviendas que quedaron sin terminar.
Con el daño ambiental, sanitario y molestias a los vecinos del mal manejo de la basura del Corralón, no parece haber una solución, en tanto y en cuanto las autoridades no reconocen el problema. Los vecinos, que ya han hecho presentaciones, se muestran hastiados, aunque muchos no quieren mostrarse, parece que tienen temor a alguna represalia personal, lo cual genera todavía más desagrado que los olores que se emanan desde allí.