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Hartazgo vecinal en barrio Marabó por el estado de las calles cada vez que llueve
Una situación familiar muy grave vivida meses atrás, generada por la infraestructura del barrio, hizo que Belén Rodríguez presentara ya el tercer reclamo pidiendo por la mejora de Arroyo Chico y Arroyo Castellano, arterias que se vuelven intransitables en aquellos días que el clima no acompaña. Su testimonio, crudo y angustiante, en el último capítulo de Contame La Posta
Las últimas lluvias sin duda alguna han traído cierto alivio ante el calor a veces sofocante. Pero, lejos de ser una bendición, hay vecinos que la pasan realmente mal. Algunos de ellos son del barrio Marabó donde ciertas arterias quedan literalmente intransitables cada vez que llueve de manera copiosa o hay alguna tormenta.
Aunque, más allá de las complicaciones en sí que esto representa para el tránsito y la circulación, todo se dimensiona aún más cuando indirectamente termina derivando en el fallecimiento de un ser querido. Y eso es lo que le pasó a Belén Rodríguez, una joven vecina del citado barrio que sufrió la pérdida de su mamá hace dos meses tras un acontecimiento suscitado el 25 de septiembre pasado, dado que necesitaba imperiosamente un tubo de oxígeno y ni la ambulancia del SAME ni un patrullero pudieron ingresar para auxiliarla en tiempo y forma.
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Harta de esta situación, además de la angustia que esto le representa, ya que asegura que hasta le es imposible ir a trabajar cuando llueve, la chica dio su testimonio en el último programa de Contame La Posta donde detalló ese trágico episodio: "presenté un reclamo porque viví un episodio donde necesité una ambulancia a las 3 de la mañana ya que requería de un tubo de oxígeno, y la ambulancia no pudo ingresar. Corrí hasta Arroyo Correntino que es la calle principal a buscar un patrullero, lo encontré pero se quedó estancado, en llantas. Y mi mamá no llegó al hospital".
Belén, que vive en Arroyo Chico y Arroyo Castellano, una zona donde literalmente se hace una pileta cuando llueve algo de más -como se puede observar en los videos que ella misma envío a nuestro medio-, se encuentra a unas 3 cuadras de la calle principal del barrio. Esos 300 metros los tuvo que hacer caminando "rezando no caernos con mi bebé a upa" en la madrugada de ese fatídico 25 de septiembre.
Su madre tenía cáncer "y no llegó a hacer el tratamiento. Tenía los pulmones colapsados. Se me fue el 12 de diciembre y terminó muriendo en un hospital porque acá nunca más pudo ingresar. Por el mismo motivo de que no podíamos tener ni un médico, ni una ambulancia ni un patrullero", indicó.
Esa situación tan traumática anteriormente mencionada, lo fue aún más porque a causa del estrés sufrido, su cuñada tuvo un parto prematuro: "le agarró una descompostura y rompió bolsa. Eran las 3 de la mañana y estábamos todo embarradas hasta la cabeza. Mi mamá por lógica se quedó en el hospital y mi cuñada también tuvo que hacerlo porque rompió bolsa con 24 semanas. Mi sobrina nació con 24 semanas", aseveró.
"Fue una situación muy triste la que me pasó. Mi sobrinita terminó creciendo en una incubadora. Fue todo el mismo día, no se lo deseó a nadie. Fue terrible", añadió.
La joven, que hace 3 años es vecina de barrio Marabó tras haberse mudado desde la localidad de Olivos (Vicente López), comentó con desilusión: "cuando vinimos no era esto. Era una inversión, era el sueño mío, para mi hija, era compartir momentos con mi familia; mis viejos eran de La Costa y se vinieron a vivir conmigo. Estamos hablando de algo tan básico como una calle, no lo puedo creer".
Asimismo, señaló que "cuando me pasó esto se enteraron todos los vecinos, porque esa vez golpeé las puertas de todos los vecinos para ver si me podían ayudar, ya que yo sola no podía y mi mamá se me estaba muriendo. Entonces todos los vecinos me empezaron a contar situaciones que han vivido, como una mujer de acá en la esquina que le pasó algo igual con el ingreso de una ambulancia para su mamá".
Pero a continuación contó un caso que roza lo burdo: "un vecino de la otra esquina tiene una discapacidad, tiene una silla de ruedas, y en invierno se tiene que ir a alquilar al centro de General Rodríguez porque acá no puede vivir. La ambulancia no puede venir a buscarlo si le pasa algo".
El lado B de esta situación ya de por sí angustiante son los hechos de inseguridad, como reflejó la joven: "a otro vecino de 78 años el hijo le paga un remis para que saque a su papá para ir a hacerse los controles del médico, ya que el señor no se quiere mover de su casa. Porque encima si te movés te roban hasta la bomba de agua".
Respecto al reclamo presentado esta semana en mesa de entrada del Municipio, el tercero que ya hizo, aclaró que "primero fue mi papá a hablar, lo escucharon y le dijeron que se iban a acercar. A la semana siguiente fui yo y alguien que supuestamente era la mano derecha del intendente me dijo que iba a ayudar, que iba a pasar el camión, pero nunca pasó. Ahora me dijeron que en una semana vaya, que el reclamo lo va a recibir el intendente y que seguramente va a haber alguna respuesta".
"Estamos en verano, imaginate lo que va a ser en invierno. Y tengo una nena de 4 años. Es una locura, que mi hija no se me enferme. Estoy pidiendo por favor una calle. Llovió y no puedo salir a trabajar, tengo que depender del clima", se lamentó.
Y concluyó: "lo que me pasó a mí no tiene perdón de Dios. No lo puedo creer. Mi mamá no pudo estar en su casa, se murió en un hospital. No me entra en la cabeza que la gente no entienda que te puede pasar a vos. Esta vez me pasó a mí".