
Las hijas de Raúl Ojeda, el hombre que falleció y cuyo cuerpo había sido enterrado por otra familia, contaron el drama que les tocó vivir hace casi un mes y la lucha que están emprendiendo luego de las idas y vueltas en la Justicia. “Jugaron con nosotros y con la otra familia”, despacharon.
Las hijas de Raúl Ojeda, el hombre de Moreno que falleció y cuyo cuerpo había sido enterrado por otra familia, contaron en las últimas horas el drama que les tocó vivir hace casi un mes y la lucha que están emprendiendo luego de las idas y vueltas en la Justicia. En este sentido, remarcaron que desde la Fiscalía 9 de General Rodríguez estarían investigando a la morgue judicial de nuestro distrito.
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Raúl Ojeda desapareció de su casa de Mariló, partido de Moreno, el domingo 2 de febrero. Su familia lo buscó desesperadamente hasta que lo encontraron muerto dentro de una canalización a la vera de la Autopista del Oeste y que desemboca en el río Reconquista.
El cuerpo fue sacado por los Bomberos Voluntarios y llevado a la morgue judicial de Moreno-Gral. Rodríguez, ubicada en el Hospital Vicente López y Planes ubicado en territorio bonaerense.
Tras las pericias de rigor, por el elevado estado de descomposición, le avisaron a los deudos que podían retirarlo para velarlo y posteriormente enterrarlo. Sin embargo, el cadáver ya no estaba.
Es que confundieron los restos de Ojeda con los de Alejandro Ceballos, un hombre de 35 años que murió atropellado el 2 de febrero en la Autopista del Oeste. La familia de Ceballos lo sepultó el 20 de febrero. Pero el 5 de marzo les notificaron del error y que a quien habían enterrado no era a su familiar, sino a Ojeda.
Acto seguido, debieron exhumar el cuerpo y hacer un nuevo reconocimiento.
Finalmente, Ojeda fue sepultado el último sábado, 8 de marzo; Ceballos un día antes.
Ante ello, hay una causa que es instruida en la UFI Nº 9 del Departamento Judicial Moreno-Gral. Rodríguez contra el Cuerpo Médico Forense y caratulada como “Incumplimiento de los deberes de funcionario público”, consignó Semanario Actualidad.
El relato de las hijas de Ojeda
En medio de esto, hablaron con el citado medio las hijas de Raúl Ojeda, Elsa y Andrea.
Elsa afirmó: “Mi papá, que tenía 75 años y sufría Alzheimer y en el corazón, desapareció el 2 de febrero. Quisimos hacer la denuncia, pero la comisaría nos mandó a averiguar si estaba en el hospital”.
“La última vez que lo vimos fue el domingo a eso de las nueve y media de la mañana”, agregó, y remarcó: “El lunes empezamos a movernos, a ir a los hospitales, a hacer carteles, difundimos en redes. Hasta ahí, hicimos todo nosotros”.
En tanto, Elsa agregó: “El miércoles nos presentamos como grupo de familia a la Comisaría Segunda a preguntar cómo sigue el caso. El martes, un oficial nos llama y nos dice que iba a mandar un patrullero para hacer una búsqueda, pero nunca llegó a mi casa”.
Posteriormente, la hija de Raúl Ojeda indicó: “El domingo (9 de febrero) fuimos a puente Márquez, a más de 15 cuadras de mi casa. De ahí fuimos a hacer la búsqueda y en un lugar un perro rastrilló la bicicleta -él había salido con la bicicleta-, que estaba desarmada”. “El 10 volvimos nosotros a hacer el mismo recorrido y nuevamente la misma movida de ir”, sumó.
“El 13 le preguntamos a la DDI cómo llegaron a hacer el rastrillaje a ese lugar. De ahí nos mandan una foto con una cruz y daba el área del puente. El viernes hicimos otro rastrillaje con una persona de la DDI. El 14, mi hermano baja al puente y sentía como un olor raro. Fue a investigar abajo del puente y encontró un cuerpo”, recordó Elsa.
A todo esto, Andrea aseveró: “Se lo encontró desnudo, boca abajo, en muy mal estado. Nos llamó la atención cómo pudo él, una persona con Alzheimer y con problemas en las piernas, pudo parar ahí abajo, y la bicicleta se la encontró lejos de él… Y el 14 se lo encontró a él ahí abajo…”.
Seguidamente, la otra hija de Raúl Ojeda señaló: “El 16 nos llamaron y nos dijeron que después de la autopsia, íbamos a poder ir a reconocer el cuerpo. Fuimos pero quedamos con una duda. Porque hacía siete meses había fallecido nuestra mamá y no queríamos eso. No queríamos reconocer que sea nuestro papá. El 17 vuelven ellas a la fiscalía, les dan una orden a mis hermanas para que vayan a reconocer el cuerpo. Lo reconocieron. Le dijeron que iban a periciarle la mano. El 26 de febrero nos llamaron para decirnos que era Ojeda Raúl. Pero el 20 ya lo habían enterrado a mi papá”.
“La autopsia nos dice que tuvo un paro cardiaco. Pero no estamos seguras. ¿Cómo si él tuvo un paro la bicicleta se encontró desarmada en un lugar y el cuerpo en otro lugar y desnudo? No queremos dudar, pero es llamativo”, lanzó Andrea.
Elsa retomó la palabra, y manifestó: “Hicimos los papeles para hacer el velatorio, vinimos a la fiscalía para hacer un oficio. El 2 de marzo, teníamos turno a las 11 de la mañana para el entierro de mi papá en el cementerio. Resulta que cuando estábamos en la sala velatoria, nos llamaron y nos dijeron que no podíamos hacer el velatorio. Preguntamos por qué y nos dijeron que la Fiscalía 4 de Moreno no entregó el cuerpo. Cuando preguntamos por qué a la comisaría, ellos tampoco sabían”.
Finalmente, agregó la mujer, “el miércoles vinimos a la fiscalía 4 y nos atienden de la 1, pero no entendían nada de por qué no nos entregaron el cuerpo el domingo. Hacen un llamado ahí y nos dicen que teníamos que ir a Gral. Rodríguez ya que intervino la Fiscalía 9 de ahí. Nos volvieron a llamar y nos dijeron que el cuerpo de mi papá no estaba. Yo pregunté: ‘¿En serio me estás hablando? ¿Que el cuerpo de mi papá no está?’. Se había entregado el cuerpo a otra persona”.
“No podíamos creerlo. El jueves fuimos a la Fiscalía 9 y nos dijeron que no sabían qué estaba pasando, que supuestamente tenía el caso la Fiscalía 1 de Moreno, pero de ahí nos habían mandado allá. Entonces, llamé por teléfono, me dijeron que suba a hablar con alguien de fiscalía y ahí me dijeron que no sabían cuál había sido el error, pero que estaban investigando al cuerpo médico de la morgue judicial de Gral. Rodríguez”, indicó la mujer.
Eso no es todo. Puesto que “el viernes se iba a hacer la exhumación de un cuerpo y de ahí había que ir nuevamente a Gral. Rodríguez a la morgue a reconocer el cuerpo” de Raúl Ojeda.
“En la morgue de Rodríguez conocimos a la otra familia (Ceballos), le preguntamos y le dijimos cuándo habían hecho el entierro, que fue el 19 de febrero, cuando nosotros todavía no sabíamos qué había pasado con mi papá”, subrayó Elsa.
Señaló que ese día se reconoció el cuerpo “ya en mal estado, prácticamente imposible; la otra familia reconoció al suyo”.
“Pedimos explicaciones a la Policía Científica, pero nos dijeron que en ese momento no sabían qué había pasado, cuál había sido el error. Entonces, el sábado hicimos el velatorio y casi nos pasa lo mismo porque faltaba el oficio de la Fiscalía, que lo consiguieron a último momento. Estuvimos 20 minutos con él y luego fuimos al cementerio”, expresó la mujer.
Por último, manifestó: “Siento angustia, siento bronca. No sabíamos cómo íbamos a seguir porque nos estuvieron jugando con algo que no tiene sentido y ellos nada. Pasamos ese fin de semana y ni siquiera un llamado de fiscalía diciéndonos qué había pasado. Si no veníamos, ellos no nos llamaban”.
Y sentenció: “Dicen que la Fiscalía 9 está investigando al cuerpo médico. Jugaron con nosotros y con la otra familia”.
Mirá la entrevista de Semanario Actualidad a las hijas de Raúl Ojeda: