El terrible historial de descontrol en la Escuela 13 de Villa Vengochea donde golpearon a Braian
La Escuela Secundaria N°13 de Villa Vengochea, ubicada en las calles José Hernández y Alberdi e inaugurada en 2021, tiene antecedentes de violencia y descontrol juvenil previos a la brutal golpiza que un alumno recibió de otros estudiantes de la institución el viernes 4 de abril por la tarde y que lo llevaron a ser operado de urgencia.
Mientras Braian Brepe, de 13 años, se recupera de la brutal golpiza que recibió de parte de otros tres alumnos de la Escuela Secundaria 13 (los agresores tienen 13, 14 y 17 años, aunque se investiga si hubo un cuarto involucrado); el aberrante episodio invita a la reflexión y al análisis profundo del sistema educativo y al rol del Estado ante la creciente degradación de parte del ejido social.
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En ese sentido, mientras avanza la causa judicial mediante la cual los tres menores agresores pueden recibir medidas restrictivas de su libertad y pasan sus días en reformatorios; basta con revisar el archivo para detectar que en esa misma escuela donde estos tres chicos atacaron demencialmente a Braian; ya habían ocurrido cosas igualmente graves en 2022 y que incluso habían sido de trascendencia nacional.
El viernes 13 de mayo de ese año, padres de alumnos de la escuela habían denunciado ante las cámaras de un canal de televisión nacional, situaciones alarmantes de violencia y descontrol en el establecimiento. Romina, madre de una estudiante, relató que su hija había sido perseguida por un grupo de diez compañeros con la intención de agredirla. A pesar de que había logrado escapar, Romina expresó su preocupación por la seguridad de sus hijos, afirmando que debían ser retirados en horarios alternativos para evitar problemas. Además, mencionó que había tenido que presentar tres actas por incidentes violentos, incluyendo un caso en el que un chico fue dejado inconsciente y otros alumnos se apuñalaban con lapiceras.
Otra madre, que identificó a su hijo como Alexis, también había compartido su experiencia, indicando que su hijo había sido agredido y sufrido lesiones que requirieron atención médica. Ella habia descrito un ambiente escolar donde los estudiantes consumían drogas y realizaban actos de vandalismo sin que hubiera control por parte de las autoridades. La situación había llevado a un clima de miedo entre los padres, quienes se sentían impotentes ante la falta de acción de la escuela.
Por último, Rosa, abuela de un alumno, relató que su nieto Kevin había sido apuñalado en el brazo con una lapicera por "usar ropa de marca", lo que había provocado su desmayo y una posterior hospitalización. La violencia en la escuela había escalado a tal punto que la familia de Kevin había irrumpido en la institución para confrontar a las autoridades, lo que terminó incluso en golpes al plantel directivo, del cual algunos de sus integrantes aún siguen con licencias psiquiátricas producto de aquel episodio.
